San Juan 16,29-33:
Tengan valorAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio: San Juan 16,29-33:
En aquel tiempo, los discípulos le dijeron a Jesús: “Ahora sí nos
estás hablando claro y no en parábolas. Ahora sí estamos convencidos de que lo
sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has venido
de Dios”. Les contestó Jesús: “¿De veras creen? Pues miren que viene la hora,
más aún, ya llegó, en que se van a dispersar cada uno por su lado y me dejarán
solo. Sin embargo, no estaré solo, porque el Padre está conmigo. Les he dicho
estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero
tengan valor, porque yo he vencido al mundo”.
Oración introductoria:
Señor, si ayer no te amé lo suficiente, hoy me das la oportunidad de
ser mejor y más fervoroso, si ayer no te fui fiel en todo, hoy me das la
oportunidad de volver a empezar. Dame la gracia de orar hoy mejor que ayer y de
amarte más.
Petición:
Jesús, aumenta mi fe, aumenta mi caridad, aumenta mi confianza. Dame
una fe sólida en mi misión, en tu auxilio, para no vivir apoyado en mis fuerzas
o habilidades sino en tu poder divino.
Meditación:
Para vivir el mensaje del Evangelio necesitamos de las virtudes
teologales. Estas no son virtudes accesibles sólo para los religiosos o para los
santos. Son un don que Dios da a todos los bautizados. Meditemos particularmente
en la virtud de la esperanza. La gran esperanza del hombre que resiste a todas
las dificultades, sólo puede ser Dios, quien nos ha amado y nos sigue amando
hasta el extremo. El cristiano vive con esperanza, sabe que su vida tiene un
futuro, sabe que su vida no acaba en el vacío, sino en Dios. Porque fuimos
creados para una gran realidad, para Dios mismo, para ser colmados por Él. Esta
virtud de la esperanza, si es verdadera, transforma de un modo nuevo la vida,
entonces ya no se vive sólo para sí mismo, se vive para Dios y para dar
esperanza, porque, como afirma el Papa: “La esperanza en sentido cristiano es
siempre esperanza para los demás” (Benedicto XVI, Spe salvi n.34). Concluyamos
nuestra oración dirigiendo nuestra mirada a la Virgen María, ella que se mantuvo
fiel en todo momento, nos sostenga y ayude para hacer de Cristo la esperanza de
nuestra vida.
Reflexión apostólica:
Durante el mes de mayo, mes dedicado a María, el Regnum Christi nos
invita a honrar a la Santísima Virgen de modo especial mediante el rezo del
rosario y nos impulsa a proponernos imitar de manera más activa y esforzada sus
virtudes y ejemplos.
Propósito:
Poner en práctica hoy la fe, la esperanza y la caridad en aquello que
se me presente.
Diálogo con Cristo:
Señor, Tú me diste las virtudes teologales el día de mi bautismo para
hacerme capaz de obrar como hijo tuyo y merecer la vida eterna. Ayúdame a
vivirlas, profesarlas, difundirlas y testimoniarlas con firmeza.
«Nunca quieran una virtud por sí misma, sino en cuanto que está encarnada en
nuestro Señor» (Cristo al centro, n. 2139).