Solemnidad: El Sagrado Corazón de Jesus
San Juan 19, 31-37: Imitar al Sagrado CorazónAutor: Regnum Christi
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San Juan 19, 31-37:
Como era el día de la preparación de la Pascua, para que los
cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel
sábado era un día muy solemne, los judíos pidieron a Pilato que les quebraran
las piernas y los quitaran de la cruz.
Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de
los que habían sido crucificados con Jesús. Pero al llegar a Él, viendo que ya
había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le
traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe que dice
la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera lo
que dice la Escritura: No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la
Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Oración introductoria
Jesús, Tú aprendiste a orar conforme a tu corazón de hombre. Aprendiste
de tu madre las fórmulas de oración, de ella, que las conservaba todas y
meditaba en su corazón. Tú aprendiste la oración de tu pueblo, en la sinagoga de
Nazaret y en el Templo. Pero tu oración brotaba especialmente de una fuente
distinta, nacía de la relación con tu Padre. Ayúdame a imitarte en la oración
filial.
Petición
Jesucristo, concédeme el don de encontrar en Ti la plenitud de mi
vocación y de toda mi felicidad.
Meditación
La oración es un momento propicio para aprender a mirar “al que
traspasaron”. Detengámonos en estos momentos para dirigir nuestra mirada a
Cristo crucificado que, muriendo en el Calvario, nos ha revelado el amor de
Dios. Fijémonos en la Sangre de Cristo y comprendamos cuán preciosa es, porque
ha sido derramada para nuestra salvación.
En la cruz Cristo está mendigando nuestro amor en busca de reciprocidad y del
arrepentimiento de nuestros pecados. No nos conformemos con aceptar el amor de
Dios, hay que corresponderle comprometiéndonos a comunicar este amor a los demás.
Solamente así, el Corazón abierto de Cristo nos llevará a abrir también nuestro
corazón a los otros.
Reavivemos este mes nuestra devoción al Corazón de Cristo practicando el
ofrecimiento del día; hagamos jaculatorias que nos unan a Jesús; vivamos de
forma “eucarística”, cerca del Sagrario; entronicemos la imagen del Corazón de
Jesús en nuestros hogares, etc. Por último, no olvidemos que la verdadera
devoción al Sagrado Corazón pasa también por la imitación de sus virtudes,
principalmente de la humildad y de la mansedumbre.
Reflexión apostólica
Estamos llamados a formar un grupo compacto de hombres y mujeres bien
preparados al servicio de Cristo y de su Evangelio, que como sabemos es Buena
Nueva de amor, de misericordia, de perdón. Nuestra lucha por el Reino de Cristo
como miembros del Regnum Christi se realiza en el amor. Nuestro deseo es que
cada hombre y mujer pueda encontrar el camino del cielo y la plenitud de su
vocación en Cristo.
Propósito
Acrecentar mi devoción al Corazón de Jesús por medio de la imitación de
su humildad.
Diálogo con Cristo
Jesucristo, no permitas que salga de la oración sin haber hecho la experiencia
de tu Persona, que no termine este rato que me concedes sin encontrarme cara a
cara contigo. Renueva mi amistad y mi amor por Ti.