XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 6,30-34: Oración y caridadAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio:
San Marcos 6,30-34:
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces Él les dijo: “Vengan
conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos
los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar
apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos
los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se
compadeció de ella, porque andaba como oveja sin pastor, y se puso a enseñarles
muchas cosas.
Oración introductoria:
Señor, soy consciente de que solamente Tú
eres quien me puede conceder la fortaleza necesaria para superar las diversas
pruebas que se presentan en mi vida y que sólo tú puedes remediar esas
dificultades que humanamente parecerían perdidas. Sin embargo, aun siendo
consciente de esta realidad, mi trato contigo no llega a ser tan frecuente y
profundo como debería. Ayúdame a comprender que la oración no es un recurso de
emergencia, sino una respuesta de amor, a ti que eres amor.
Petición:
Jesús, ayúdame a seguir en todo y sobre
todo tus ejemplos, porque ese es el camino de mi felicidad, aquí en la tierra y
en el cielo.
Meditación:
Después de un día de mucho trabajo los
apóstoles acuden al Señor, le cuentan todo lo que han hecho y enseñado en su
nombre. Y nosotros, ¿cuántas veces visitamos al Señor para contarle nuestras
cosas? ¿Con qué frecuencia elevamos una oración a Cristo para hablar con Él?
Jesús nos enseña a hacer lo mismo que Él hacía, a saber “perder el tiempo”, a
dejar la acción, los quehaceres cotidianos y retirarnos a la oración. El
cristiano ha de saber hacer espacios para hablar con Cristo en medio de sus
actividades. Por otra parte, vemos que aunque Jesús y sus apóstoles se
dirigieron a un lugar apartado, no les fue posible descansar, puesto que la
multitud ya les estaba esperando. Sin embargo, nadie se enfadó por el cambio de
planes, no hubo frustración por perder el único tiempo que tenían para disfrutar,
en lugar del mal humor reinó la caridad. Jesús nos enseña a tener disponibilidad
y a saber ser desprendidos para atender a los demás. ¿Damos el primer lugar a la
oración y a la caridad?
Reflexión apostólica:
Estemos atentos por si el Señor nos llama
a un grado mayor de entrega. Si el Espíritu Santo nos invita a una vida de
oración más profunda y a estar más disponibles para el apostolado en el Regnum
Christi, seamos generosos.
Propósito:
Darle gracias a Dios cuando me cambien
los planes para ser más desprendido y abierto a las necesidades de los demás.
Diálogo con Cristo:
Jesús, soy cristiano, soy tu seguidor y
sin embargo, muchas veces mis reacciones son muy humanas, ante los cambios de
planes me frustro o molesto por el desprendimiento que me exige, me cuesta ser
generoso con los demás para darles de mi tiempo. Ayúdame a ser más cristiano en
mis actitudes y comportamientos. Que por encima de todo brille tu caridad en mi
corazón.
«Se necesita irradiar, con el propio testimonio de vida, con palabras, con
acciones, aquello que se quiere transmitir» (Cristo al centro, n. 423).