XX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Juan 6,51-58: Cristo nos acompañaAutor: Regnum Christi
Fuente: Regnum Christi Para suscribirse
Evangelio:
Evangelio: Jn 6,51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que
ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que
Yo les voy a dar es mi Carne, para que el mundo tenga vida”. Entonces los judíos
se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?”.
Jesús les dijo: “Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no
beben su Sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi Carne y bebe mi
Sangre, tiene vida eterna y Yo lo resucitaré el último día. ”Mi Carne es
verdadera comida y mi Sangre es verdadera bebida. El que come mi Carne y bebe mi
Sangre, permanece en mí y Yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la
vida y Yo vivo en Él, así también el que me come vivirá en mí.
”Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus
padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”.
Oración introductoria:
Señor, Tú me enseñas que para un cristiano, rezar no significa huir de
la realidad ni de las responsabilidades que implica, sino asumirlas hasta el
final, teniendo confianza en tu amor fiel e inagotable. Ayúdame a orar
consciente de que saber rezar es abandonarse a la voluntad divina.
Petición:
Jesús, ayúdanos a vivir centrados en ti, que eres lo esencial de
nuestra vida.
Meditación:
La Iglesia ha recibido la Eucaristía de Cristo, no como un don entre
tantos otros, sino como el don por excelencia, porque es don de toda su persona,
humana y divina. Conscientes de esta inmensa gracia hemos de buscar el encuentro
personal con Cristo Eucaristía, ya sea por medio de la participación activa en
la Santa Misa, como en los momentos dedicados especialmente a visitar a Jesús en
el Santísimo Sacramento del altar. Dediquemos a esto un espacio suficiente, de
ser posible cada día. No escatimemos tiempo para ir a encontrar a Cristo en la
adoración, en la contemplación de su amor llena de fe. Pasemos mucho tiempo al
lado del que se quedó con nosotros por Amor, convencidos de que Él nos ve, nos
oye, nos espera. Cristo dice: “El que come mi carne… permanece en mí”. Cuando
comulgamos se crea una unión especial entre Dios y nosotros, nos hacemos una
sola cosa con Él. A través de este don de amor que es la Eucaristía, Cristo,
superando toda distancia, nos convierte verdaderamente en compañeros suyos.
Reflexión apostólica:
A nosotros nos toca escribir la historia del Movimiento Regnum Christi
con la vivencia de la caridad, de la benedicencia y de la humildad. Nos toca
vivir llenos de celo apostólico, conscientes de que somos instrumentos de un
plan de Dios para la salvación de nuestros hermanos.
Propósito:
Pasar hoy 5 minutos en oración ante Cristo Eucaristía, agradeciéndole
todo su amor.
Diálogo con Cristo:
Jesús, concédeme vivir más pendiente de tu amor que de mí mismo, dame
la gracia de vivir volcado hacia los demás, buscando el bien de mis hermanos,
antes que mi propia realización.
«En el silencio de la oración,
contempla el amor infinito con que el Corazón de Jesús nos ha amado y procura
amarle con la misma medida, con la misma pasión, con el mismo fuego» (Cristo al
centro, n. 266).