San Lucas 6,1-5:
Darlo todo por Cristo

Autor: Regnum Christi

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Evangelio:

Evangelio: San Lucas 6,1-5

Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se comían los granos. Entonces unos fariseos les dijeron: “¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?”. Jesús les respondió: “¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres”. Y añadió: “El Hijo del hombre también es dueño del sábado”.

Oración introductoria:

Señor, todo está lleno de tu sabiduría y amor. En la belleza de la creación, en la perfección de los seres, descubro la huella de tus manos. Te alabo y te bendigo por todo lo que has hecho para nosotros. Qué grande eres Señor. Gracias por tus dones. No permitas que nos quedemos en las creaturas. Que por medio de todas tus obras lleguemos a amarte más, porque tú eres digno de ser amado sobre todas las cosas.

Petición:

Jesucristo, otórgame la gracia de seguirte con todo mi ser. Que no haya nada en mí que no te pertenezca.

Meditación:

Los fariseos estaban encerrados en formulismos, en estructuras que eran apreciables pero que, en sí mismas, no tenían valor. No dejemos que nuestra fe se quede entretenida en aspectos meramente externos, no nos conformemos solamente con “cumplir” en apariencia con ciertos requisitos, busquemos no sólo decirnos, sino también ser auténticos seguidores de Jesucristo. A Cristo hay que darle todo el corazón y amarlo con total sinceridad de vida. Aprovechemos estos momentos de oración para ir a lo profundo de los rincones de nuestra alma y descubrir qué es lo que podemos entregar con más entereza a Cristo, en qué parte de nuestra vida todavía no dejamos entrar al Señor, en dónde debería reinar más. Si le abrimos las puertas a Cristo, entonces brotará en nosotros la oración, la fidelidad, la caridad, la humildad y tantas cosas… porque van a brotar de un corazón que vive volcado para amar y para agradar al Señor. Dios es nuestro creador, nuestro redentor, nuestro amigo, dejemos que sea también el Señor de nuestras vidas.

Reflexión apostólica:

Nuestro gran anhelo es que Cristo reine, que Cristo sea conocido, amado, seguido. El Movimiento Regnum Christi está destinado a hacer que la llama viva de la fe y del amor a Cristo prenda en muchos corazones. Comprometámonos hoy en un apostolado de modo estable desde el cual podamos gastar nuestras vidas por el ideal más grande: Cristo.

Propósito:

Ser generoso con los demás en algo que me cueste dar.

Diálogo con Cristo:

J
esucristo, quiero que Tú seas mi ejemplo, mi camino y la vida de mi alma. Quiero amarte con un un amor real, personal, apasionado y fiel. Que la extensión de tu Reino sea el ideal que inspire, estimule, dirija y conforme mi vida.

«Deben dar, en la medida de sus fuerzas, la pureza de su vida, la riqueza de su sangre, la lucidez de sus inteligencias, la bondad de su corazón, la fuerza de sus nervios, la energía de todo su ser, para que el Reino de Cristo se establezca» (Cristo al centro, n. 1215).