San Lucas 6,39-42:
Llevar a otros hacia Cristo

Autor: Regnum Christi

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Evangelio:

Evangelio: San Lucas 6,39-42: Llevar a otros hacia Cristo

En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos este ejemplo: “¿Puede acaso un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; pero cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ”¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo te atreves a decirle a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, si no adviertes la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga que llevas en tu ojo y entonces podrás ver, para sacar la paja del ojo de tu hermano”.

Oración introductoria:

Señor, Tú me enseñas que los apóstoles son aquellos que han logrado transformarse en Cristo, por la oración, que el verdadero apóstol es el que tiene un corazón orante. Te pido que en esta oración me ayudes a profundizar en esta verdad, pues sólo si me lleno de ti podré darte con mis palabras, gestos y testimonio.

Petición:

Jesús, lléname de ti para darte a los demás.

Meditación:

Además de la ceguera física puede existir la espiritual. Necesitamos unos ojos nuevos que nos permitan vislumbrar el mundo de Jesucristo, de la eternidad, del Evangelio, de la caridad. Imaginemos por un momento la vida de los ciegos: van caminando a tientas con su bastón, con peligro de encontrarse con un obstáculo o de caer. Así vamos todos cuando no fortalecemos nuestra vida espiritual, cuando la descuidamos. Con una fe débil no podremos guiar a otros, nos será imposible llevar a los demás hacia Cristo. Necesitamos una fe fuerte, segura, formada, en una palabra, una fe luminosa. Cristo nos quiere dar esta fe, sólo hay que pedírsela. El Señor nos da algunos medios sencillos para ayudarnos a crecer en la fe, como por ejemplo la participación activa y fervorosa en la Santa Misa, la adoración consciente de la Santa Eucaristía y la oración. También es necesario ejercitarnos en la fe, pues a semejanza de las demás virtudes, la fe crece con la repetición de actos. Una forma de hacerlo es descubrir la mano de Dios en todo lo que nos rodea.

Reflexión apostólica:

Un apostolado que no brote de una fuente caudalosa de oración, de vida interior, de virtudes teologales, está llamado al fracaso. Antes de conquistar a los demás para Cristo, hay que dejarse conquistar por Él en la oración. Sólo si tenemos metido a Cristo en lo hondo de nuestro ser y de nuestro obrar podremos darlo a los demás. Cada día ha de alentar en el miembro del Regnum Christi este espíritu de oración.

Propósito:

Leer diariamente un número del Catecismo de la Iglesia Católica.

Diálogo con Cristo:

Señor, a veces quiero hacer tantas cosas por ti, que me olvido de que lo primero que tengo que hacer es dedicar el primer momento del día a la oración y unirme a ti por medio de todo lo que haga. Ayúdame a ser una persona de oración para llevarte a los demás.

«Dios tiene el camino trazado y el Espíritu Santo es el Artífice de nuestra santificación, no tenemos más que dejarnos llevar» (Cristo al centro, n. 1935).