San Lucas 12,54-59:
La exigencia de la verdad

Autor: Regnum Christi

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Evangelio:

Evangelio: San Lucas 12,54-59:

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Cuando ustedes ven que una nube se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto, llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora? Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo”.

Oración introductoria:

Señor, aumenta mi esperanza de tal manera que aspire al Reino de los cielos y a la vida eterna como mi felicidad, haz que ponga mi confianza en tus promesas, apoyándome no en mis fuerzas sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo.

Petición:

Señor, concédeme ser un cristiano fiel y auténtico, porque el mundo necesita el ejemplo de cristianos coherentes con su fe.

Meditación:

En el Evangelio encontramos no pocas expresiones de Jesús en las que se muestra severo con la doblez de vida. Cristo se opone a la falta de sinceridad y lo hace con gran decisión. Es necesario que nosotros también aprendamos a llamar por su propio nombre al egoísmo, a la pereza, a la falta de caridad. Seguir a Jesús es aceptar el carácter exigente de la verdad, es oponerse a la mentira, tanto en las cosas pequeñas como en las grandes, es luchar contra el disimulo y no permitirnos jamás el engaño. La falsedad se presenta de modos diversos en nuestro mundo y puede infiltrarse en el corazón del cristiano. El que acepta una insinceridad, empieza a deformar su conciencia y va cayendo en el hábito de engañarse. Por ello, hay que cultivar la autenticidad, que es la virtud que establece una identidad entre lo que somos y lo que debemos ser. Hay que esforzarse por ser coherentes siempre, no importa que estemos solos o acompañados. Vivamos siempre bajo la mirada de Dios. Sólo así podremos ser verdaderamente felices.

Reflexión apostólica:

Una manera práctica de vivir la autenticidad y la verdad de nuestro ser como cristianos y miembros del Regnum Christi es amar la voluntad de Dios por encima de todo. Corresponder al amor de Dios es hacer todo aquello que le agrada y rechazar todo lo que le ofende. Sólo el hombre que se afianza y se adhiere firmemente a la voluntad de Dios es el santo y apóstol.

Propósito:

Ser sincero con mis amigos para ser así un verdadero amigo de Cristo.

Diálogo con Cristo:

Señor, tu voluntad se manifiesta en los mandamientos, en la ley natural, en mis obligaciones de estado, en la voz de mi conciencia, en las circunstancias de la vida. Ayúdame a cumplirla porque esa es la manera más sincera de amarte.

«Abrirse incondicionalmente al querer de Dios: este es el camino maestro de la santidad» (Cristo al centro, n. 2329).