Solemnidad: Santa María, Madre de Dios (1 de enero)
San Lucas 2,16-21:
María es Madre de Dios y Madre nuestra

Autor: Regnum Christi

Fuente: Regnum Christi       Para suscribirse   

 

Evangelio: San Lucas 2,16-21:

En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado. Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.

Oración introductoria:

Señor, gracias por el don de tu Madre. Ayúdame a contemplar su vida y a tratar de imitar sus virtudes. Dame la gracia para que este año siga su ejemplo, medite con frecuencia en su fidelidad y me dedique con generosidad al cumplimiento de mi misión como María, mi Madre.

Petición:

Señor, pongo en tus manos el año que comienza. Guíame de tal manera que este 2010 sólo me dedique a darte gloria y vivir a tu servicio.

Meditación:

Hoy iniciamos un año nuevo de la mano de María y la recordamos como Madre de Dios. Este título resume toda la misión de la Virgen. Ella, por obra del Espíritu Santo, concibió como hombre a la segunda persona de la Santísima Trinidad. Jesús, nacido de María, es verdadero Dios y verdadero hombre. Se trata de un misterio tan grande que no se puede comprender con la sola inteligencia humana. Sólo conservando las cosas en el corazón, a ejemplo de María, con la oración, se puede penetrar un poco en el amor insondable que Dios nos tiene. Pero María no sólo es Madre de Dios, Jesús, antes de morir, nos encomendó a su cuidado. Ella es verdaderamente Madre de cada uno de nosotros. ¡Si nos percatáramos de cuánto amor nos tiene María, nuestra vida sería muy diferente!Esforcémonos por crecer este año en la vida de oración y busquemos progresar en la imitación de Jesús y de María. Terminemos nuestra meditación poniendo todos nuestros propósitos en las manos de la Virgen para que Ella los bendiga.

Reflexión apostólica:

El apóstol necesita de una Madre a quien encomendar su misión. Durante cada jornada de la vida tengamos muy cerca a María. Ella es la firme pastora que guía nuestros pasos. Tomémonos de su mano y comencemos este año viviendo como hombres y mujeres nuevos, enamorados de la misión y de nuestra vocación en el Regnum Christi.

Propósito:

Hacer una lista de propósitos espirituales para el año nuevo.

Diálogo con Cristo:

Gracias Señor por permitirme llegar al inicio de un nuevo año. Ayúdame a amar a María con amor tierno y filial y concédeme imitarla en su vida de oración.

«Así, meditando y sufriendo, María fue creciendo en la comprensión de los misterios de Cristo» (Cristo al centro, n. 1504).