Fiesta de la Presentación del Señor

Autor: Padre Luis Rubio Remacha OCD 

 

 

Uno de los primeros  episodios  que Lucas sitúa después del Nacimiento de Jesús es su presentación en el Templo. Lucas  tiene un interés especial en poner a Jesús  en relación con el Templo desde el inicio de su evangelio.  

El templo  de Jerusalén  era el verdadero centro físico y teológico del pueblo de Israel. Según la visión  judía  tradicional, era el lugar  privilegiado  de la presencia de Dios  y por tanto  también del encuentro con él.

Jerusalén , y en particular el templo, eran vistos como el lugar donde Dios convocaría a todas las naciones para que recibieran la luz  y la salvación:”Y acudirán  pueblos  numerosos .Dirán: Venid, subamos al monte de Yahvé, a la Casa del Dios de Jacob...” ( Is 2,3).  

La presencia del Señor en el Templo es un momento de la historia  sagrada cuya  significación  descubren  cada vez más-según parece- los exegetas modernos.  

Esta fiesta  ya se celebraba en el siglo IV. En Occidente se introdujo a mediados del siglo VII. Roma  adoptó la solemnidad que tituló  “de San Simeón”.

La procesión de hoy es la más antigua  de las procesiones  romanas. La procesión tenía  carácter  penitencial; era una  reparación de los desenfrenos de la solemnidad  pagana coincidente ( amburbale).

La solemne  bendición de las candelas aparece por vez primera  en las Fuentes  litúrgicas del siglo X. 

El significado de esta fiesta es múltiple y complementario. El día 2 de Febrero contiene una nota especial, en parte  reclama todavía elementos del ciclo de la Manifestación del Señor: luz en la noche  de Navidad; luz  en la visita de los Magos  y luz en esta Presentación; por otro lado, el tema de la luz de la Noche de Pascua, la luz  que recibe la Iglesia en el bautismo y que debe portar  hasta el encuentro  definitivo con el Señor.           

            El mensaje de esta fiesta está en plena  continuidad con el misterio  de la Navidad, proyectándose  hacia el misterio pascual al presentar a Cristo  y a la Virgen  en la perspectiva  de la futura  pasión salvadora. 

            “Hoy es el día en que Jesús  fue presentado  en el templo  para cumplir la ley, pero  sobre todo  para encontrarse  con el pueblo creyente  ( Monición  antes  de la bendición).

            “El mensajero de la alianza  que vosotros  deseáis: miradlo entrar” ( Malaquías,lectura primera). 

            “Porque hoy, tu hijo es presentado en el templo y es proclamado por el Espíritu  Santo Gloria de Israel  y luz de las naciones” ( Prefacio) 

            También esta fiesta es denominada  como fiesta de la luz.

            La luz  es un símbolo  frecuente en las páginas de las Sagradas Escrituras  para indicar la presencia de Dios . La primera manifestación de Dios consistió en la creación de la Luz, en el primer día. 

“¡Oh Dios!, fuente  y origen  de toda luz, que has mostrado hoy a Cristo, luz de las naciones, al justo  Simeón”  ( Oración de las candelas).  

“Lámpara  para mis pasos  es tu palabra, Señor, luz en mi camino” ( Salmo ll8,l05).            

            ¿ Cómo es este Señor que se hace presente, que viene al encuentro de su pueblo? 

“El Hijo  de Dios, al encarnarse, quiso  “parecerse en todo  a sus hermanos” ( Hb 2,l7, segunda lectura de hoy).  

“Por eso  tenía que parecerse  en todo a sus hermanos, para ser compasivo y pontífice  fiel  en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados  del pueblo” ( Ibíd.) 

            El  pueblo elegido tiene una misión que cumplir; el justo Simeón  y a la anciana Ana se harán eco de esta misión de su pueblo.  

El pueblo de Israel era el pueblo elegido para ser mediador  entre Dios  y la humanidad. 

            El comportamiento  de estos  dos ancianos  es  expresión, síntesis, signo del pueblo elegido 

Los dos ancianos de los cuales habla el evangelio, representan las esperanzas  de todo el pueblo hebreo, que desde siglos  esperaba la realización  de las promesas hechas a Abrahán  y a los patriarcas.

            Cuando María y José llevan al niño  al templo, estas esperanzas  se realizan  plenamente , en el lugar  más sagrado  para el pueblo elegido ( el templo de Jerusalén).

            El justo Simeón  y la profetisa Ana” encuentran” al Mesías prometido  y largo tiempo esperado, lo reconocen  y lo acogen.

            El anciano  Simeón, movido por el Espíritu , fue al templo , y ese mismo Espíritu  le hace  encontrarse  con el Mesías  prometido.

“Ahora  mis ojos han visto la Salvación” “Luz  destinada a iluminar a las gentes” exclamará emocionado.  

“ Ana... Acercándose en aquel momento. Daba gracias a Dios  y hablaba del Niño a todos los que aguardaban  la liberación de Israel” ( Evangelio).

Simeón  y la profetisa  Ana han encontrado al Mesías al término de su existencia  terrena; nosotros  solamente al final  de nuestra vida encontraremos  plenamente al Señor.

            ¿ Cuál debe ser nuestra actitud?: Las candelas de hoy  nos recuerdan  que también nosotros hemos de ser luz  y la tenemos  que extender, por medio de la predicación  y del testimonio ,hasta los confines de la tierra.

            “De la misma  manera nosotros, congregados en una sola familia  por el Espíritu Santo, vayamos a la casa de Dios, al encuentro de Cristo. Lo encontraremos  y lo conoceremos  en la fracción del pan hasta que vuelva revestido de gloria” ( Monición  de bendición).

“Por eso, nosotros, llenos de alegría , salimos al encuentro del Salvador” ( Prefacio de la Misa).