XXXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor: Padre Luis Rubio Remacha OCD 

 

 

Tema  

La tercera discusión es más   bien una  invectiva: Mt 23, 1-12 

Evangelio  

Que la  multitud  y los discípulos  deban  observar  todo lo que  dicen  los letrados   y fariseos  en la cátedra  de Moisés  resulta inesperado.  

La tensión  con los jefes  del pueblo  no cesa  de crecer  hasta este capítulo  23, en que   se desborda  en invectivas de una   violencia   que ha extrañado  siempre a lectores  y comentaristas.  

En los tres sinópticos, sobre  todo en Mateo  y Lucas, Jesús  no se dirige  directamente  a los fariseos, sino a la gente y a los discípulos. 

La primea  acusación  de Jesús  contra sus adversarios  es la de la inconsecuencia: su enseñanza  es válida, pero ni ellos mismos  son fieles  a ella.  

La cátedra de Moisés. Es una metáfora  de la autoridad  magisterial  de los escribas.  

Haced  y observad  lo que  os dicen. 

La acusación  que Jesús  lanza  contra los fariseos  es que no buscan  la voluntad  de Dios, sino que se buscan  a sí mismos.

Las exigencias de Jesús  tienen  un tono  más llevadero  y veraz: ellos  atan cargas  pesadas  e insoportables, mientras  que el yugo  de Jesús  es suave y su carga ligera  ( Mt 11, 28-30) ; ellos   actúan  para que  los vea  la gente, mientras  que Jesús  invita a hacer el bien  en lo escondido ( Mt 6, 1-18).  

Lo importante  en la comunidad  cristiana  no son  los títulos  y los honores , sino la fraternidad  ( todos  vosotros sois  hermanos).

Jesús  denuncia  la incoherencia  de vida, el legalismo opresor, y el afán  por exhibirse  y vanagloriarse  con que viven  la religión.  

En primer lugar  Jesús  denuncia  la incoherencia  de vida.  Jesús  les echa en cara el legalismo  opresor. En tercer lugar Jesús  les critica  su exhibicionismo religioso. En cuarto  lugar  Jesús  les critica  su vanidad  y su búsqueda  de honores.  

1ª lectura: Malaquias  1, 14b-2, 2b.8-10 

Mi alianza con leví: Subraya el privilegio  especial  de los levitas. El sacerdote  levítico  debía   transmitir  a los demás   la vida, la paz, el amor  reverencial...

El profeta acusa a los sacerdotes porque han  descuidado  sus funciones  y  han  pervertido  su ministerio, porque no “ no han dado  gloria  a mi nombre” ( 2,2). A los sacerdotes, “  que se han apartado  del camino y han  hecho tropezar a muchos  en la ley” , el Señor  mismo  les arrebata el ministerio  y los descalifica  públicamente. 

2ª lectura: 1 Tesalonicenses  2, 7b-9.13. 

Misal  

Malaquías 1, 14b-2,2b.8-10 

“ Yo soy el Gran Rey, y mi nombre es temido  entre las naciones, dice  el Señor de los Ejércitos: Y ahora  os toca a vosotros, sacerdotes: Si no obedecéis y no os proponéis  dar la gloria  a mi  nombre,- dice el Señor  de los Ejércitos- os enviaré  mi maldición.Os apartasteis  del camino, habéis  hecho  tropezar  a muchos en la ley, habéis  invalidado mi alianza con Leví – dice el Señor  de los Ejércitos-.Pues yo os  haré  despreciables  y viles  ante el pueblo , por no  haber guardado  mis caminos  y porque  os fijáis en las personas al aplicar  la ley. ¿ No tenemos  todos un solo Padre? ¿ No nos creó  el mismo Señor? ¿ Por qué , pues, el hombre despoja  a su prójimo  profanando  la alianza de nuestros padres?” 

Estribillo: “ Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor”  

Lectura de  la Primera  Carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 

Hermanos: Os tratamos  con delicadeza, como una madre  cuida de sus  hijos. Os teníamos  tanto cariño  que deseábamos  entregaros  no sólo  el Evangelio  de Dios, sino hasta  nuestras  propias personas, porque  os habíais  ganado  nuestro amor. Recordad, si no , hermanos, nuestros  esfuerzos y fatigas; trabajando  día  y noche  para no serle  gravoso a nadie  proclamamos  entre vosotros  el Evangelio  de Dios. También, por nuestra parte, no cesamos  de dar gracias a Dios porque  al recibir  la Palabra  de Dios, que os predicamos, la acogisteis  no como  palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como Palabra  de Dios , que permanece  operante en vosotros  los creyentes.  

Evangelio: Mt 23, 1-12 

“ En aquel tiempo, Jesús  habló  a la gente y a sus discípulos   diciendo: “ En la Cátedra de Moisés  se han  sentado  los letrados  y los fariseos: haced  y cumplid  lo que os digan; pero no  hagáis  lo que ellos  hacen, porque ellos   no hacen  lo que dicen. Ellos lían  fardos  pesados  e insoportables y  se los  cargan  a la gente en los hombros; pero no están  dispuestos  a mover  un dedo  para empujar. Todo l

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