Solemnidad. Epifanía del Señor

Autor: Padre Luis Rubio Remacha OCD  

 

 

          Es una de las más antiguas  y grandes fiestas del Señor de la Iglesia de Oriente, incluso más que la Navidad.

 

                        Quizá si examinamos  con una luz no exacta el Evangelio de San Mateo de esta Solemnidad, llegaremos a no comprenderlo  y a forzar demasiado su sentido literal.

            La intención del autor  no es una biografía, sino una teología. Como todo el evangelio de la infancia, es una confesión de fe más que una narración que pretenda  satisfacer  nuestra curiosidad histórica.

            La Liturgia expone esta confesión de fe, no pretende saciar nuestra intriga.

                        Vamos a adentrarnos en el significado de esta fiesta. La Liturgia no la llama fiesta de los Reyes Magos, sino Epifanía, manifestación, revelación del Señor.

Tanto en Oriente como en Occidente el símbolo de este Misterio es la luz. La revelación  definitiva de Dios es como el despuntar la aurora  en esta noche  de la historia. Cristo es estrella radiante de la mañana.

            En el Prefacio cantamos:” Porque  hoy has revelado en Cristo,...el verdadero misterio de nuestra salvación”.

            La lectura primera está tomada del Profeta Isaías, 60, 1-6. Es como un canto a Jerusalén, luz de las naciones. Estos versículos son como el completo a la perícopa del mismo Profeta, 54, 11-17. “¡ Pobrecita, azotada por la  tempestad, sin consuelo! He aquí  que voy a poner  tus piedras  de jaspe, y  tus cimientos  de zafiro...”

            “Levántate y brilla, Jerusalén, que llega  tu luz; la gloria  del Señor amanece  sobre ti” ( Isaías 60,1) Es digno de ser  destacado este doble  imperativo, pues es como una verdadera exhortación  ante algo muy importante. La presencia de Yahvé  dentro de la ciudad  hace que esta sea un centro que irradie luz, resplandor, que los demás notarán.

            “ A tu luz  caminarán  los pueblos, y los reyes al  resplandor  de tu aurora”. Se sugiere  que el beneficio del Señor  como luz  se extiende  no solo a Israel, sino a todas las naciones  y sus reyes. Se organiza, desde  todas las partes  del mundo  una procesión   hasta Sión. Las Naciones   vienen a Jerusalén  para reconstruirla, no simplemente   para  recibir instrucción. “ Alza  la vista  y mira  a tu alrededor: todos se  reúnen  y vienen  a ti... Al verlo  te pondrás   radiante,... porque   volcarán  sobre ti  las riquezas  del mar, y te  traerán  los tesoros  de las naciones...Te  inundará  un tropel  de camelos , y  dromedarios  de Madián  y de Efá. Vienen  todos   de Sabá, trayendo  oro  e incienso...”

                        La Epifanía del Señor es la fiesta de la Universalidad; los gentiles también están llamados. Los Magos vienen a adorar al Rey de Israel. En la Oración Colecta así lo recordamos: ”Señor, tú que en este día revelaste a tu Hijo Unigénito a los pueblos  gentiles”. El Dios, creador del mundo, no es herencia de un solo pueblo, sino que es para todos los hombres. La revelación  no es ruptura, sino superación de la creación.

            La segunda lectura es de la Carta de San Pablo a los Efesios 3, 2-3.5-6.” Habéis  oído  hablar  de la distribución de la gracia  de Dios  que se me  ha dado  a favor  vuestro...  que también  los gentiles   son coherederos, miembros  del mismo cuerpo  y partícipes  de la Promesa  en Jesucristo, por el Evangelio”

El llamamiento  a los paganos para formar un solo pueblo en igualdad  con los que fueron  miembros  del pueblo elegido, constituye  el admirable  designio de Dios. Quizá la traducción castellana debilita un poco el significado de este texto. En griego, el mismo  prefijo “syn” ( con) se antepone  a los tres  nombres: coherederos, comiembros, copartícipes.

 

            Vamos ahora a analizar  con algún detalle, no el hecho histórico o legendario, que nos narra Mateo, sino la teología que nos quiere trasmitir. Después de presentar  en el capítulo 1 a la persona  de Jesús, hijo de David  e hijo de Dios, expone en el capítulo  2 su misión  del salvación, ofrecida  a los paganos, a cuyos sabios  atrae a su luz. Mt  no está  interesado en los hechos  en sí mismos; su intención es aclararlos, resaltar su  significado; hay una finalidad   teológica  o catequética más que histórica.

            Hay que tener  en cuenta lo siguiente: la  creencia  popular de que cada persona está  representada  por una estrella, que aparece  en su nacimiento. Un  acontecimiento   importante  tenía que  ser señalado  de algún modo  en la marcha  de las estrellas. Si el Nacimiento de Jesús es algo muy interesante, con grandes repercusiones, debe estar acompañado  por este fenómeno astrológico.

            El texto evangélico no nos dice que fueran reyes. Esta creencia  surgió  posteriormente  bajo  la influencia  de algunos  pasajes   bíblicos: “ Que los  reyes de Tarsis   y de los pueblos lejanos  le traigan  presentes” ( Salmo  72, 10)

            En el siglo  V se concretó  su número  sobre  la base  de los dones  ofrecidos. En el siglo VIII  reciben los nombres  de Melchor, Gaspar  y Baltasar.

            También hay que tener presente lo siguiente: Mateo  insiste  en el hecho de que Jesús  nació  en Belén de Judá. El lugar de origen  definía  en cierto modo  a las personas. Mateo  quiere  aclarar que Jesús  ha nacido  en Belén, la patria de David. De este modo  muestra que Jesús   hereda  el honor acumulado  en la familia  davídica. Además Belén  era  el lugar  en el que, según  las Escrituras, debía nacer  el Mesías.

            En cuanto  a ti, Belén Efrata, la más pequeña  entre las clanes de Judá, de ti sacaré al que  ha de ser  soberano de Israel” ( Miqueas 5, 1) El evangelio no suena lo mismo: “Y tú, Belén, tierra  de Judá, no eres ni mucho menos  la última de las ciudades de Judá; pues de ti saldrá un jefe que será  el pastor de mi pueblo Israel”. Esta segunda parte está tomada del segundo libro de Samuel 5, 2 “ El Señor  te ha dicho: Tú apacentarás  a mi pueblo; tú serás  el jefe de Israel” ( Es una referencia a David  ungido  en Hebrón  rey de Israel)

            ¿ Qué mensaje teológico nos quiere transmitir San Mateo con este relato?

Desea demostrar la realza del recién nacido: “ ¿ Dónde  está el Rey de los judíos que ha nacido?.  La universalidad de este reinado. San Lucas presenta al recién nacido a unos pobres pastores judíos; San Mateo a unos magos de Oriente. Este nacimiento es motivo de sobresalto para los suyos: Heredes, Jerusalén. Los gentiles se alegran con este nacimiento. Si la Navidad es la celebración del Nacimiento; Epifanía es la manifestación de este acontecimiento. La Universalidad está desarrollada en las tres lecturas.

            No pretendamos averiguar más cosas de este relato: no se trata de una narración histórica, sino de una enseñanza teológica.

            La Epifanía del Señor nos exige una respuesta adecuada. Los Misterios se celebran, se les acoge; pero se les deja actuar en nuestras vidas. En la segunda parte de la Oración Colecta, le pedimos al Señor:” Concédenos  a los que  ya te conocemos  por la fe poder contemplar un día, cara a cara, la hermosura infinita de tu gloria”. Todo conocimiento del Señor, toda aceptación de su Persona, conlleva un ir madurando sin parar, hasta llegar a ver al Señor en su totalidad. Quizá San Juan de la Cruz en la canción once del Cántico ha expresado magistralmente este anhelo:”¡ Descubre tu presencia,/y máteme  tu vista y hermosura;/mira que la dolencia/ de amor, que no se  cura/ sino con la presencia  y la figura”. 

Como conclusión hacemos presente la petición de la Oración después de la Comunión: ”Que tu luz nos disponga y nos guíe siempre, para que contemplemos  con fe pura y vivamos con amor sincero el misterio del que hemos participado”