III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Autor: Padre Luis Rubio Remacha OCD  
 
 
Comenzamos la lectura continuada del Evangelio según San Marcos que nos servirá de guía a lo largo de todo el año litúrgico.

            El inicio  de su Evangelio  es una doble llamada: en primer lugar a la conversión, y seguidamente  a los primeros discípulos. 

            En san Marcos, el Evangelio es la persona misma de Jesús a la que es necesario adherirse por medio de la fe.

            Para san Marcos, Cristo es el “inicio del Evangelio”, su contenido y su fin. 

            Cabría la sugerencia de dar realce en este domingo al “libro” de los evangelios.Cada comunidad cristiana sabrá cómo hacerlo.

            Insistamos en la llamada a la conversión:”Cuando  arrestaron a Juan, Jesús  se marchó  a Galilea a proclamar  el Evangelio  de Dios: se ha cumplido  el plazo, está  cerca el Reino de Dios: convertíos  y creed la Buena Noticia.” 

            La lectura  primera  del profeta Jonás acentúa esta dimensión. Creo es muy conveniente  hacer una explicación del mensaje de Jonás para entender esta invitación del Señor a Adherirnos a El.  

            El breve  libro de Jonás, más que un escrito  profético o una crónica histórica, es una especie de narración  ejemplar para defender que la revelación de Dios está destinada a todos los pueblos. Persigue este libro un fin teológico :afirmar esta universalidad de la salvación que no era admitida, ni mucho menos, por el pueblo de Israel... Creían que la misericordia de Dios era exclusivamente  para ellos. Jonás ataca la falsedad de esta imagen  mezquina de Dios que conduce al fariseísmo.

            Seguramente  fue escrito  después del exilio de Babilonia en un tiempo  en que muchos  israelitas tenían  el peligro de encerrarse en una visión  particularista de la elección divina. 

            El fragmento  leído hoy corresponde al momento de la predicación de Jonás y de la conversión  de los ninivitas.

            Destaca la rápida reacción de la gente  que reconoce  unánimemente  y con sinceridad  sus culpas.

            Todavía más, destaca la generosidad de Dios quien no actúa con criterios  de justicia  humana y que está  siempre dispuesto a perdonar a  todo aquel  que se convierta. 

            El número  cuarenta  aplicado a un período  de tiempo es también  muy ambiguo en la Biblia: con frecuencia  tiene connotación  negativa... pero en muchos otros ejemplos  significa un período de transición a mejores tiempos.

            Está claro que Jonás espera que sus palabras no surtan efecto, que los ninivitas  continúen  con sus malas acciones  y que ardan  como los habitantes de Sodoma.

            Lo que constituye  el punto  central son  las palabras que el narrador  pone  en boca del rey:” quizás se arrepienta, se compadezca Dios  y no pereceremos”.

            “Y vio Dios  sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió” 

            Otro tema importante es la llamada de Jesús a cuatro de sus discípulos:”Pasando junto al lago de Galilea, vio  a Simón  y a su  hermano  Andrés, que eran pescadores  y estaban  echando el copo en el lago... Un poco más adelante  vio a Santiago, hijo del Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban  en la barca repasando las redes. Los llamó.” ( Evangelio)

            Un detalle  significativo  es que la llamada sea iniciativa de Jesús. En el judaísmo  era el discípulo quien elegía a su maestro.  

            Resulta  también interesante y sorprendente  que la llamada se produzca sin relación previa entre Jesús  y los cuatro pescadores. Sin ningún argumento y sin ningún diálogo, Jesús les pide que le sigan. Por otra parte, ellos reaccionan con toda rapidez y lo dejan todo para seguirle.

            La manera como Marcos explica la escena es una forma de concentrar su atención en Jesús  y de mostrar su fuerza  y su atractivo.

            “Dejaron  a su  padre Zebedeo en la barca...” Marcos da la impresión de que Pedro y Andrés respondieron a la llamada de Jesús  dejando atrás sus medios de vida, mientras que Santiago y Juan contestaron rompiendo los vínculos  familiares.

            Esto puede ser una exageración, pero lo que  primariamente  interesa a Marcos es demostrar que la condición de discípulo incluye la exigencia de renunciar a las posesiones  y a los lazos familiares. 

            No hay tiempo que perder:” Proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está  cerca” ( Evangelio).Es su presencia  lo que hace que los tiempos lleguen a su plenitud, haciéndolos  vehículo de la misericordia de Dios e historia de la salvación. 

            Una de las características de todo discípulo es la alegría, la satisfacción ,el querer caminar bajo la presencia del Señor. “Señor, instrúyeme  en tus sendas”, estribillo del salmo responsorial. “Contemplad al Señor  y quedaréis  radiantes” ( Salmo 33,6: antífona de Comunión).

            “Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos  dar en abundancia  frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto” ( Oración Colecta).

            El discípulo da siempre gracias al Señor por la llamada. Se siente afortunado, dichoso.”Dios todopoderoso: te pedimos que cuantos hemos recibido tu gracia  vivificadora, nos alegremos  siempre de este don admirable que nos haces” ( Oración después de la Comunión).  

            Los discípulos del Señor valoran en su punto justo esas realidades humana, que a primera vista parece que Pablo no aprecia lo suficientemente según se explica en la primera carta a los Corintios.

            Pablo  recuerda que todo se ha de hacer con perspectiva  trascendente, que tenga en cuenta que el mundo  presente está llamado a desaparecer y que el verdadero sentido y el destino  último de la vida humana están en Dios.