XVI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Autor: Padre Luis Rubio Remacha OCD  

 

 

         Al próximo domingo interrumpimos la lectura del evangelista San Marcos, para dar lugar a la proclamación  del capítulo 6º de San Juan, que leeremos durante cinco semanas, para nuevamente reemprender el evangelio de San Marcos.

            “ Al desembarcar, vio Jesús  un gran  gentío, sintió  compasión de ellos, pues eran  como ovejas  sin pastor, y se puso a enseñarles” ( Mc  6,34), éste es el último versículo del evangelio de hoy; el vigésimo  segundo domingo del tiempo Ordinario escucharemos el capítulo 7,l “En aquel  tiempo  se acercó  a Jesús  un grupo de fariseos  con algunos letrados de Jerusalén

 

            Jesús tiene compasión de los hombres, de los que le siguen. En la Oración Colecta, al comenzar la Eucaristía, le hemos pedido al Señor que tenga misericordia  de nosotros:” Muéstrate propicio  con tus hijos, Señor, y multiplica  sobre ellos los dones de tu gracia”

           

            En la lectura primera, que es del profeta Jeremías, después de denunciar el comportamiento de los falsos pastores; el Señor se presenta como el buen pastor. “ Yo mismo  reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde  las expulsé, y las  volveré a traer a sus dehesas para que  crezcan  y se multipliquen”. Una de las virtudes que los santos, especialmente los místicos, han experimentado de Dios, es la compasión,  la indulgencia activa.

            Mirad  que llegan días en que suscitaré  a David un vástago legítimo: reinará  como rey  prudente, hará  justicia  y derecho en la tierra. En sus días se salvará  Judá, Israel  habitará  seguro. Y lo llamarán  con este nombre: El Señor –nuestra-justicia” ( de la primera lectura).

            El salmo de hoy es uno de los más bellos del Salterio:” El Señor es mi pastor, nada me falta” ( Estribillo).

            La Iglesia Primitiva hacía aprender de memoria este salmo, pues es como el resumen de la ternura de Dios. El bautizado, no solamente debe tener conocimiento de las verdades reveladas, sino experiencia. Confesar  públicamente este salmo era como manifestar que se ha vivido lo que en él se dice. “ En  verdes  praderas  me hace  recostar/ Me conduce hacia  fuentes tranquilas/ y repara mis fuerzas”.

 

            Hay pastores, carentes de compasión:” ¡ Ay de los pastores  que dispersan  y dejan  perecer las ovejas de mi rebaño!. Vosotros  dispersasteis  mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis”  ( 1ª lectura).

 

            Jesús siente misericordia de la gente que le sigue; pero también siente compasión de sus discípulos. “ El  les dijo: venid  vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban  y venían, que no  encontraban  un tiempo ni para comer”  ( Evangelio). Los que  habían  estado con Jesús, para aprender  de él a hacer de apóstoles, a hacer  de enviados en su nombre, vuelven  donde  él está  y van donde les lleva  con él, para experimentar  que la misión  está vinculada  al hecho de ir profundizando  en la más plena  comunión con él. Esta es la dinámica de la vida  apostólica, según Marcos: la combinación adecuada de la intimidad con Jesús, tiempo de aprendizaje y de comunión, con la misión, tiempo de actividad y de enseñanza. La presencia  de las multitudes en torno a Jesús  y a los discípulos  es un hecho  habitual en este evangelista.

 

            La compasión de Jesús, no solamente  sentimiento, sino salvación.” El Señor  nuestra justicia” ( Del profeta Jeremías). El profeta está denunciando  el comportamiento de ciertos reyes de Israel; ahora le tocaba dirigirse al rey Sedecías, no le dice nada, sino que aprovecha el significado de este nombre ( mi justicia es Yahvé) para presentar el futuro rey, que llevará el nombre: Yahvé es nuestra justicia.

            “Justicia”  ha de entenderse  en su pleno  significado, que incluye la presencia y la acción salvadora de Dios.

            Jeremías  hablaba de un mesianismo real estrechamente ligado a la historia real, concreta. La gloria futura  no se fija  para el fin de los tiempos, sino para el término de un tiempo determinado  que se ha vuelto  desdichado. El mesianismo que aquí se proclama  no es otra cosa que la plenitud de una realeza sagrada como medio elegido  por Yahvé para hacer  realidad  las bendiciones  de la alianza: la paz y la justicia de su pueblo  en la tierra prometida.

            Jeremías  predice la restauración de la dinastía  davídica, no  tanto sobre unas bases  políticas cuanto a nivel de las obligaciones  morales  y religiosas de la alianza. Estos tiempos se cumplen en Jesús de Nazaret: ya; pero todavía no. Creo que esta frase expresa toda la realidad: Ya,  en este mundo comienza  la salvación ( ahora, en estas circunstancias históricas); pero todavía no, siempre está abierta esta dimensión a una realidad escatológica. Sería un error  el esperar a la escatología para que se dé comienzo a la salvación; sería también una equivocación el negar a la salvación su dimensión trascendente.

 

            No quiero dejar de  hacer una referencia larga a la segunda lectura: Efesios 2, 13-18, pues su importancia es muy grande. Es un texto  cristológico-eclesiológico de una  gran densidad: Cristo es nuestra paz. El ha hecho la unidad  de las dos  fracciones bíblicas  de la  humanidad.

            “Hermanos: Ahora, estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis  cerca los que antes estabais  lejos.

            El es nuestra paz. El ha hecho de los dos pueblos, judíos  y gentiles, una sola cosa, derribando con su cuerpo  el muro que los separaba: el odio.

            El ha abolido  la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces para crear  en él  un solo hombre nuevo.

            Así, unos y otros  podemos acercarnos al Padre  con un mismo Espíritu”.

           

            La carta a los Efesios  insiste en la universalidad de la salvación  que Dios  ha ofrecido  a los hombres por medio de Jesucristo. Se ha  introducido  en el mundo un proceso de reconciliación, primero  de la humanidad con Dios, pero también  de todos los hombres  y pueblos  entre sí. De ahí  nace la paz verdadera, que es un don de Dios que hace  superar las divisiones  y los enfrentamientos.

           

            Es útil hacer hincapié en algunas peculiaridades de este texto para poder comprender la riqueza teológica del mismo.

            Habéis  sido acercados mediante la sangre de Cristo. En el AT  los judíos  se acercaban a Dios mediante la sangre del sacrificio  ( Ex 24,8). En el NT  los hombres  se acercan a Dios en una alianza  de hermandad mediante el sacrificio  de Cristo.

 

            El ha derribado el muro de separación. Flavio Josefo narra que había un muro de piedra de tres codos  de alto, separando  el patio interior del exterior en el templo.El muro de piedra no era más  que un símbolo  de todo un sistema  de separación  que se  acusaba  en todos los ámbitos de la vida.

            Preservar  el culto  verdadero  y mantener  una vida  moralmente  buena exigían  la separación  de toda influencia  subversiva, y la ley  era un muro  protector  para el pueblo judío.

            Un  viejo documento judío”Carta de Aristea” refleja con suma plasticidad  esta realidad:” Nuestro sabio legislador, teniendo  en cuenta  los detalles, equipado  por Dios  con el conocimiento  de todas las cosas, nos cercó  con vallas  infranqueables, para  que no nos  mezcláramos  en nada con ningún otro pueblo, permaneciendo  incontaminados  de cuerpo  y de alma, desligados  de vanas  opiniones, y adorando  al único  y verdadero  Dios por encima de toda la creación”.

 

            La grandeza y la pobreza del pueblo judío  queda patente en este texto. Es bueno defender la identidad; pero cuando se insiste demasiado, se puede caer en el fanatismo, en el aislamiento. El gran Tagore tiene una frase luminosa, que nos puede ayudar a entender lo que estamos diciendo; “Si quieres cerrar  todas las ventanas para que no entre el error, puede suceder que dejes la verdad fuera”.

            Ciertas fidelidades son signo de cobardía, de pobreza y no de riqueza.

 

            Anuló  la ley con sus normas  y reglas. En esta carta, a diferencia de la carta a los Romanos, se considera la ley como una fuerza  de separación  entre los hombres  que ha sido suprimida por Cristo. La ley antigua,  no en cuanto a los preceptos de orden natural o moral, sino  en cuanto a las leyes ceremoniales y prescripciones  rituales ( circuncisión, purificaciones, alimentos...). Estas eran tan numerosas  que su cumplimiento  era prácticamente  imposible  para los mismos judíos.

 

            Por él unos y otros  tenemos acceso ( prosagoge) en un  Espíritu al Padre: fórmula  trinitaria  para expresar que por la humanidad de Jesús, fuente del Espíritu, los hombres pueden  acercarse a Dios Pade. La palabra prosagoge “ acceso”, denotaba  en las cortes orientales  la introducción de una persona en la presencia del rey. Cristo se hizo el prosagoge que tomó dos hijos separados, los judíos  y los gentiles.

 

            Después de todo lo expuesto: Jesús, modelo de compasión. El rechazo de los pastores sin misericordia. El deseo de Jesús de serenar a sus discípulos  y el canto a la salvación de nos viene de parte de Dios.

            Podemos terminar esta homilía, con la segunda parte de la Oración Colecta ( siempre es una petición)  de la Misa “...para que, encendidos   de fe, esperanza  y caridad, perseveren  fielmente  en el cumplimiento  de tu ley.”

            Cuando tenemos conciencia de las maravillas de Dios, surge en nosotros una actitud teologal  que conlleva una vida moral,  fiel y coherente.