Solemnidad: Natividad del Señor, Misa de Media Noche
Autor: Padre Luis Rubio Remacha OCD  
 

 

 No es fácil exponer toda la riqueza de contenido de esta Solemnidad; la carga teológica supera una síntesis, recopilada en un par de folios. Hemos elegido los textos eucológicos y bíblicos de la Misa de Media Noche (la Misa del gallo).

            No puede faltar una referencia a la luz; si a la Navidad se le llama la Fiesta de la luz, máxime esta Misa. “Oh Dios, que has  iluminado  esta noche santa con el nacimiento de Cristo, la luz  verdadera...” (Oración Colecta). La Vigilia Pascual es la celebración de la luz (en su sentido polivalente); también esta noche. Nos ocuparía mucho espacio el profundizar en esta idea: Cristo, la luz verdadera.  

            Concédenos gozar  en el cielo  del esplendor de su gloria a los que hemos  experimentado la claridad  de su presencia en la tierra” (segunda parte de la Oración Colecta)

            Escuchando atentamente las lecturas proclamadas, nos daremos cuenta, dentro de lo posible, de lo que significa el acontecimiento, que estamos celebrando. 

            Lectura Primera: Del Profeta Isaías, 9, 1-3.5-6 

Tanto  la tradición  unánime patrística como la  Iglesia  de todos los tiempos  y los exégetas  de nuestros   días  no dudan  en reconocer  a este vaticinio  isaiano  una perspectiva  mesiánica  insospechada  en tiempos  del profeta  y claramente  iluminada  en Cristo. 

Algunos  investigadores  creen  que todo este pasaje  ( 1-6)  es una pieza   litúrgica  extraída  del ritual  de entronización  real. Cada  vez que  subía  al trono  un rey  davídico  y era  aclamado  como hijo  adoptivo  de Dios   había  un motivo  para la alegría. En   semejante  ocasión  se reafirmaban  las promesas  de una alianza  eterna  con David y se  renovaban  las esperanzas  de un  rey ideal  para el futuro , un rey  que habría  de realizar  perfectamente  el ideal  dinástico. Por consiguiente, este oráculo  no se refiere  a un rey  histórico- Ajaz, Ezequías-, sino  al rey  ideal    que  introduciría  una etapa  definitiva  de justicia  y paz. Una vez más, la visión  profética  apunta  no a  un rey  del presente, sino  al rey  davídico ideal, al Emmanuel  de 7, 14. Isaías  habla   en tiempo pasado, pero  se trata  del “perfecto profético” con que  se expresa la certeza  de un acontecimiento  futuro 

El texto   está introducido  por Is 8, 23, un verso difícil: “Pues ¿no habrá  oscuridad  en donde  hay opresión? Como en el tiempo  primero  deshonró  el país  de Zabulón y el  país de  Neftalí, así  en el postrero  honrará  la vía  del mar, la parte   de allá  del Jordán, la Galilea  de los gentiles” 

Podemos sintetizar  de esto modo su contenido:  En el tiempo en que  todos,  del primero  al último, humillaban  duramente  la tierra   de Zabulón y la tierra  de Neftalí, las provincias   de Dor, Gilead y Meguido, el pueblo  que marchaba  en las tinieblas vio  una gran luz”. 

Ahora ya estamos en condiciones  de comprender los vv. 1-6 del capítulo 9, texto de la Primera Lectura de la Eucaristía.  

A continuación   de describe  la futura  felicidad   con las imágenes  propias  de una victoriosa  liberación. Lo más   llamativo   es contemplar  esta alegría  salvífica   comenzando  por la tierra  de Zabulón  y Neftalí, la Galilea de los   gentiles, la región  semipagana odiada  por los judíos.

            Galilea   se encontraba   bajo  los efectos  de la devastación  y la guerra, en estado de miseria y desventura, bajo “sombras  de muerte”. En  hermoso   contraste,  ellos serán  los primeros   en ser iluminados  por una luz  deslumbrante, la liberación  ansiada

            A los oyentes   les resultaba  familiar   aquel  lenguaje. Por  un momento  se abrían   ante ellos   nuevas   y brillantes   perspectivas.  

            1. El pueblo   que caminaba  a oscuras vio una luz  intensa, los que  habitaban  un país  de sombras se inundaron de luz,  

            En la tiniebla , símbolo  del caos e  imagen  de la muerte- “tierra  de sombras”-, surge  repentina  la luz  como en  una nueva  creación . Algo    milagroso, que todavía   no se explica

            Proclamado este texto en la medianoche adquiere  nuevas  matizaciones, nuevo resplandor.                                     

2. Acreciste la alegría, aumentaste  el gozo: gozan  en tu presencia, como se  goza en la siega, como se alegran  los que  se reparten   el botín 

En este versículo se desarrolla el tema de  la alegría y del gozo. El   profeta   sigue  multiplicando  sus imágenes  con el  recuerdo  de los que  vuelven  gozosos  de recoger  sus gavillas, de repartir  el botín  de la batalla.

3. Porque la vara  del opresor, el yugo  de sus cargas, su bastón  de mando los trituraste como el   día   de Madián. 

La situación  de los cautivos  se compara  a la de los animales  de trabajo uncidos al yugo,  imagen  corriente  de la esclavitud. Normalmente el yugo   estaba hecho  de madera, pero algunas  veces  era de metal: “Ve y dices a Jananías: Así dice Yahveh: Yugo de palo has roto, pero tú lo reemplazarás por yugo de hierro.” (Jr 28, 13).

Isaías  compara   más adelante  la liberación  de los cautivos  de Asiria  con el quebrantamiento  de un yugo y la liberación  de una carga: “Aquel día   te quitará su carga de encima del hombro y su yugo de sobre tu cerviz será arrancado. Y el yugo             será destruido” (Is  10, 27) 

Como  en el día  de Madián: alusión  a la victoria  de Gedeón  sobre los madianitas:  ( Jue  7, 16-25),  convertida   por el pueblo  en relato epoyético.  

            El poema  se resume  en la contraposición  entre  “el yugo sobre  su  hombro” ( Is 9, 3), y  “ el poder que descansa sobre  su hombro” ( Is 9, 5)  

5. Porque   un niño  nos ha nacido, nos  traído  un hijo: lleva   el cetro  del principado  y se llama “Milagro  de Consejero, Guerrero divino, Jefe perpetuo, Príncipe  de la  paz”  

Porque   un niño   nos ha  nacido: En el día  de su entronización, el rey  era  proclamado  hijo adoptivo de Dios: “Voy a anunciar el decreto de Yahveh: El  me ha dicho: Tú eres mi hijo;  yo te he engendrado hoy.” (Sal 2, 7), para lo cual  servía de base  teológica   la promesa   dinástica  hecha  a la casa  de David: “Yo seré para él padre y él será para mí hijo. Si hace mal, le castigaré con vara de hombres y con golpes de hombres” (2  Sm 7, 14)  

El primer título, consejero  prudente, no es simplemente  un elogio general, sino la designación  de una persona  capaz  de establecer  planes  conforme  a la voluntad  del Señor. Consejero no designa   por tanto  un cargo  sino  una función  que el mismo   rey  puede  y debe  ejercitar. A este  rey ideal   se le atribuye  la sabiduría  de Salomón, el valor  de David  y las virtudes  religiosas  de los patriarcas y de Moisés. Se pone   el acento   sobre la sabiduría, virtud  propia  de los gobernantes, que  hace  de ellos  una garantía  de bienestar  para la comunidad. 

Dios  fuerte aparece  como título  del Señor: “el que hace merced a millares, que se cobra la culpa de los padres a costa de los hijos que les suceden, el Dios grande, el Fuerte, cuyo nombre es Yahveh Sebaot” ( Jr 32, 18) 

Padre   es  en Is 22, 21 el título  de Elyaquin, constituido  gobernador  en lugar  de Shebna: “Le revestiré de tu túnica,  con tu fajín le sujetaré,   tu autoridad pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén   y para la casa de Judá”.

El epíteto  eterno  es usado  generosamente  hablando  del rey  en el Antiguo  Testamento  

Príncipe  de paz. “Príncipe”  es una  peculiaridad 

La paz puede  designar  bien  un estado  de ánimo opuesto  a la angustia , bien  la paz  política  o bien el acuerdo  con el Señor.  La paz  fue siempre  la mayor  ilusión  del pueblo  judío  envuelto  en guerras, hasta el extremo   de convertirse  en la nota  más característica  de los tiempos mesiánicos. 

6. Su glorioso  principado  y la paz  no tendrán  fin, en el trono de  David y en su reino;  se mantendrá  y consolidará  con la justicia  y el derecho , desde ahora  y por siempre. El celo  del Señor  de los  ejércitos  lo realizará.  

 Juicio   y justicia: Tarea propia  de un consejero  que es también  personaje regio. La descripción  corresponde   al rey ideal, último representante  de la dinastía  davídica, y no a un  próximo  sucesor  en el trono de Judá. El celo del  Señor  de los ejércitos  El   “celo” de Dios podía castigar  a Israel  por sus pecados: “No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian” (  Dt  5, 9), especialmente  por la idolatría, pero  esta misma  cualidad  era  la que aseguraba  también  el cumplimiento  de las promesas.  

 En resumen ,  Is 8, 21-9, 6  expresa la esperanza  de que una  situación  de guerra, opresión y hambre se modifique radicalmente a partir  del momento  en que un  personaje  histórico  y concreto, es decir un  heredero  real  y no  una figura mítica  o escatológica, ascienda  al trono.  

Muy acertado el estribillo del salmo responsorial: Hoy  nos ha  nacido  un Salvador: el Mesías, el Señor.

El salmo es el 96, himno  a la realeza   de Dios; los primeros   vv. Son una exhortación  a la alabanza; los últimos  una invitación a las naciones; invitación a la creación entera.                                 

            La segunda lectura está tomada de la Carta de San Pablo a Tito 2,11-14. 

 Para  entender el por qué la liturgia ha elegido esta  perícopa  y para darnos cuenta de su densidad, es importante advertir lo siguiente: Los autores  más antiguos  del nuevo testamento ( Marcos, Pablo) no han creído  necesario  referirse al nacimiento humano de Jesús; les basta  con saber que Dios actúa  por medio de su vida y de su persona. Navidad para ellos es el misterio impresionante de un Dios que se hace  humano  a lo largo del misterio de Jesús crucificado.  

            Texto muy bien elegido para la Misa de Medianoche. Este  pasaje  constituye  el corazón  de la carta. Tal  vez  se trate  de una especie  de profesión  de fe  enraizada  en la tradicional  catequesis  bautismal. El cristiano , que se mueve  entre las dos venidas de Cristo, tiene  que practicar  las virtudes  humanas-moderación, justicia, religiosidad- pero   sobre todo  tiene  que estar  anclado  en la  esperanza  que se encierra  en Jesucristo, Dios  y Salvador.  

            Tanto  la filosofía  helenística  popular  como la Biblia  dejan sentir  su influencia  en el lenguaje   de esta sección. 

            11. Porque  se ha  manifestado  la gracia  de Dios, que trae  la salvación  para todos los hombres           

            Como en Filón, se personifica  un atributo divino  abstracto, el “favor” o “gracia” de Dios. En otros lugares  de las pastorales  es siempre  Cristo   quien se  manifiesta: “Aguardando  la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo” (2, 13). Cristo es la realización  histórica  de la “gracia salvadora de Dios”. Este  don salvífico  no es sólo  para algunos, sino  para “todos los hombres” 

            12. Ella  nos enseña  a renunciar  a la vida  sin religión  y a los  deseos  del mundo, para que vivamos  en el tiempo  presente con moderación, justicia  y religiosidad, 

            Dios  da al creyente  lo que  tan valorado  era  en la sociedad  grecorromana, una  verdadera  educación. Esta  se opone  a la “impiedad”, el vicio  contrario a la piedad-lealtad-dedicación. Estimula   a vivir   una vida   plenamente  virtuosa. Estas tres virtudes  cardinales (sensatez, justicia y piedad)  equivalen a las tres virtudes  en general. 

            13 Aguardando  la feliz  esperanza: la manifestación  gloriosa  de nuestro   gran Dios  y Salvador Jesucristo 

            Este versículo  es una  elocuente   expresión  de la fe de Pablo en la divinidad de Cristo.            Las Pastorales   ven  a Cristo  como subordinado a Dios, pero  le otorgan , en cuanto  manifestación  divina  pasada y todavía  venidera, los mismos  títulos  que a Dios. En este caso  recibe  el nombre  mismo de Dios. 

                        14 El cual  se entregó a sí mismo  por nosotros  para redimirnos  de todo  pecado  y purificarnos, a fin de que seamos  su pueblo  escogido, siempre  deseoso  de practicar  el bien.  

            Las promesas  bíblicas  hechas por Dios: “Los salvaré de las infidelidades  por las que pecaron, los purificaré, y serán mi pueblo y yo seré su Dios”  (Ez 37, 23);  

Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra”  (Ex 19, 5)  se cumplen   mediante  la entrega  que Cristo  hizo  de sí mismo.  

            La mayor forma de celebrar el Nacimiento de Jesús es pensar y meditar en lo que El significa y lo que ha supuesto para nosotros y también nuestra respuesta.  

            Evangelio de la Misa de la Noche de Navidad: Lc 2, 1-14 

El evangelio, en su sentido  original  de “buena nueva” de la salvación”, se condensa en la certeza de que Dios  se ha hecho  presente  a través  de la pascua  de Jesús, ofreciéndonos  por ella  la posibilidad  de una nueva  existencia. 

Por eso, los autores  más antiguos  del nuevo testamento   ( Marcos, Pablo  )  no han creído  necesario  referirse   al  nacimiento   humano de  Jesús; les  bastaba  con saber  que Dios   actúa  por medio  de su vida y de su  pascua.  

Lo que   llamaríamos  el mensaje  de la navidad no es para ellos  el hecho  de Belén, la adoración  de los pastores o la meditación  piadosa  de la pequeñez  de Dios que se hace  niño. 

Navidad   es  el misterio  impresionante  de un Dios  que se  hace humano  a lo largo  del misterio  de Jesús  crucificado.  Tal   es el fundamento  del mismo  evangelio  de san Juan  

Sin negar   esa postura ( Marcos, Juan  o Pablo)  el  evangelio de Lucas  ha querido  centrar  sobre la cuna  de Jesús  todo el misterio  salvador  de los cristianos. No ha  inventado  de esta forma  una  verdad distinta; se limita  a presentar  de un modo nuevo  el centro  del mensaje  de la Iglesia: por   medio  de Jesús, Dios  se ha hecho  presente  entre los hombres.  

Esto   significa  que estudiando  nuestro  texto  no debemos  fijarnos  en la letra  de una historia  marginal, sino en la hondura  permanente  del mensaje.  

Para  hablar  del nacimiento, Lucas  nos conduce   hacia  Belén, ciudad  de las  promesas   de Israel. Como  descendiente  de David  y expresión  de la esperanza   y las promesas  del antiguo  testamento  viene al mundo  en Belén.

La  historia  política   de Roma (mandato  del empadronamiento)  contribuye  al cumplimiento  de las viejas  esperanzas.   

1. Por aquellos   días  salió  un edicto  de César Augusto ordenando  que se  empadronase  todo el mundo

2. Este  primer  empadronamiento  tuvo lugar  siendo gobernador  de Siria  Cirino

3. Iban  todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

4. Subió  también  José desde  Galilea, de la ciudad  de Nazaret, a Judea, a la ciudad  de David, que se llama Belén, por ser él de la casa  y familia  de David

5. para  empadronarse   con María, su esposa, que estaba encinta. 

            Los primeros  versículos   de Lc 2 tienen  la evidente  finalidad  de explicar  por qué  María, que vivía  en Nazaret, dio a luz   a su hijo en Belén, cerca de Jerusalén.  

            Lucas,  a diferencia   de Mt ( 2, 5s.), no cita  la profecía  de Miqueas para demostrar  que Jesús  debía nacer  en Belén, sino  que,  por medio  de la insistencia  con que recuerda  que esta  localidad  era “la ciudad de David” y que  José  era  descendiente  de David  ( Lc 2, 4)  demuestra  tener   bien presente  la  precedente  descripción  de José  como  perteneciente “a la casa de David”  ( 1, 27)  y la promesa  según  la cual  el hijo de María  heredaría “ el trono  de David  su padre” ( 1, 32).  

            Ninguna  otra fuente  confirma  que el censo  exigiera  la inscripción  en la patria  de los antepasados, al menos  por lo que  respecta  a Palestina. Pero  incluso  siendo así, ¿por qué  María  tenía  que ir a Belén? ¿Era  originaria  de allí? Además , “ sólo  el padre  de familia  debía  censarse, y es  extraño  que, en su estado, María  haya  emprendido  un viaje  tan largo  con José             

            Con la mención del censo Lucas no pretendía seguir los cánones  del orden histórico, sino  los de  la promesa-cumplimiento.           

            6. Y sucedió  que, mientras  ellos estaban  allí, se le cumplieron  los días  del alumbramiento 

            La descripción  muy  simple  y sobria  del nacimiento de Jesús  contrasta  con la dimensión  universal  dada  al censo  y con la intervención  del ejército  celeste  en la siguiente   escena. El acontecimiento  más importante  de la historia  religiosa  del mundo  se lleva  a cabo  con la máxima  humildad y Dios escoge  nacer  en  un pesebre para los animales. 

            Se puede   afirmar también  que Lucas  ha  subrayado   deliberadamente  un contraste entre  la majestuosa   dominación  de Augusto, considerado  como soberano  de la paz  y proclamado “salvador  del mundo entero”, y la   humilde aparición  en el mundo  del verdadero  príncipe de la paz” ( Is  9, 5), del   verdadero  Salvador  de la humanidad  ( Lc 2, 11).  

            Lucas  establece  un sutil  contraste  entre  este gobernante  romano  ( 27 a.C.- 14 d.C.), que fue   mitificado  como artífice  de la paz, y Jesús, el  que salva ( 2, 11) y trae  la paz  ( 2, 14).

            Cuando Lucas  escribió  su evangelio  70 años  después de la muerte   de Augusto, el culto  imperial  mantenía  viva  la memoria  de Augusto como  el benefactor del mundo entero. 

            Desde  la impotencia  de su  infancia, Jesús  es quien  salva y trae  la paz a todos, en fuerte  contraste  con el poderoso  gobernante  romano, César Augusto, a quien  el culto imperial  celebraba como artífice  de la paz.  

7.  y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió  en pañales  y lo acostó  en un pesebre, porque   no había  sitio  para ellos  en la sala común.  

7.  Hijo  primogénito: el término  griego  prototokos es utilizado  constantemente  en el A.T  ( LXX)  para designar  al hijo  que continuará  la estirpe  y recibirá doble porción  en la herencia  de sus  mayores. En algunos   casos, el término  tenía  fuertes  resonancias  mesiánicas; las bendiciones   de los  patriarcas, o herencia religiosa  de Israel, se transmitían  a través  del primogénito. El fuerte acento  judío  del relato  de la infancia, por consiguiente, explica  el empleo  de prototokos en lugar  del  monogenes (hijo único). El término prototokos no implica  en modo alguno  que  María   tuviera   otros hijos  con José   

8. Había  en la misma  comarca algunos  pastores, que dormían  al raso  y vigilaban  por turno  durante la noche  su rebaño 

La visita  de los pastores  tiene  su correspondencia  con la visita  de los vecinos  con ocasión  del nacimiento  de Juan el Bautista

Pastores. Es típico  de Lc  el que  sean  los pobres  los primeros  en recibir  el mensaje  de salvación, que en Jesús  se hace presente   en medio de los hombres 

9. Se les presentó   el Angel  del Señor, y la gloria  del Señor  los envolvió  en su luz; y se  llenaron  de temor. 

“En estos   relatos  de la infancia  los ángeles   aparecen  sobre todo  como mensajeros  de la revelación ... y  también  como celebrantes  del culto  celeste” 

10. El ángel  les dijo: “no temáis,  pues os anuncio  una gran alegría, que lo será  para todo  el pueblo: 

La revelación  angélica  del significado  de Jesús  es  aceptada  por humildes  pastores y es meditada  por María, modelo para los creyentes  de la necesidad  de la reflexión  y de la integración  de la paz.  

11 os  ha nacido  hoy, en la ciudad  de David, un salvador, que es  el Cristo  Señor; “hoy”, podría  reflejar  lo que el Sal 2 refiere  sobre el rey  mesiánico: “El Señor  me ha dicho : “Tú  eres  mi hijo, yo  hoy  te he  engendrado” ( v.7)  

Hoy: La salvación de Dios no  pertenece  a un  futuro  distante, sino  que está  ya  realizándose.

Es un mensaje  dirigido  expresamente “a  vosotros”, los pastores más perdidos de la tierra, los que viven alejados  y no tienen  un cobijo en las ciudades  de los hombres, los que no se ocupan  de las cosas  de la ley judía   y son, por tanto, unos  manchados. A ellos  y a todos los pequeños  de la tierra se dirige  la verdad salvadora de un mensaje  cuyo  mismo signo  ha roto   los esquemas  de  grandeza de los hombres:  

12 y esto  os servirá  de señal; encontraréis  un niño  envuelto  en pañales  y acostado  en un pesebre           

Salvador: El Salvador  de la humanidad  es Jesús, no el pacíficador  César Augusto.

Para  Lucas, la salvación  significa  el restablecimiento  de la integridad, la liberación  del pecado y el final  de la lejanía  de Dios; pero también  incluye  su dimensión  inmanente : en Jesús, Dios  está  con los pecadores. 

Nótese  cómo  se atribuyen  a Jesús  tres títulos  significativos en  un solo  versículo: soter ( Salvador), christos ( Ungido)  y Kyrios  ( Señor)  Para Lucas, el más significativo  es el de “Salvador”, ya que  la “salvación” es uno  de los temas principales   de su evangelio.  

El título  soter, “Salvador”, está  presente únicamente  en el tercer  Evangelio, no  aparece en ningún  pasaje  de Mc o de Mt y una  sola vez en el cuarto  Evangelio ( 4, 42). Lucas  lo vuelve  a utilizar  en Hch  5, 31 y  13, 23; el título  está  bien  representado  sobre todo  en las Cartas Pastorales.  

            13 Y  de pronto  se juntó  con el ángel  una multitud del ejército  celestial, que alababa  a Dios, diciendo 

14”Gloria  a Dios  en las alturas y en la tierra  paz a los hombres en quienes  él se complace” 

Gloria del Señor: La presencia  maravillosa  de Dios redentor. En el  AT  esta expresión  se asocia a las grandes  acciones   redentoras  de Dios.

Mientras  Lc  prefiere reservar  el término  “gloria”  para la ascensión  o la parusía, Juan  lo aplica  a toda la vida de Jesús.   

Gloria: Dios  ha dado  en Jesús el don  escatológico  de la paz. Los signos  de la paz  y no los  de las armas  mundanas adornan el  escudo  del Rey  Jesús  

Hombres  de buena voluntad: es decir, del  divino agrado. La expresión  no se refiere  a las buenas  disposiciones  de los mismos  hombres, sino la predilección  de Dios.

La realidad  de Jesús- obra   y misterio-  se formula  así a partir  de la experiencia  del nacimiento  del Salvador divino en medio  de los hombres. Culmina el  antiguo  testamento, porque  nace  el Mesías en la ciudad de David y el contenido  de la obra   de Jesús  se expresa  como un “hoy”  de salvación para los hombres. Por eso, el coro de los ángeles  que forman  el plano  de la alabanza eterna  del ser  de lo divino puede  entonar  el canto  definitivo  de la gloria  en que se  unen  los cielos  y la tierra “Gloria  a Dios...” 

La primera  manifestación del nacimiento de Jesús, según Mateo, se dirige a los magos  de Oriente (Mt 2,1-12), mientras que según Lucas los primeros  que reciben el  anuncio  son los pastores de los entornos  de Belén (Lc 2, 1-20).

            Con toda probabilidad  se puede  decir que la presencia de los pastores  en la narración de Lucas se debe a que el nacimiento de Jesús  se había  relacionado  con Belén, ciudad de David, el cual había sido antes pastor; podríamos alargarnos más en este sentido.

            Concluyendo: La liturgia de la Misa de Media Noche  tiene presente el tema de la luz; la lectura primera es el anuncio del nacimiento de un niño, que será rey  (ningún rey histórico tendrá las cualidades anunciadas); la segunda lectura nos presenta el significado teológico de la Encarnación; por último, el Evangelio se complace en presentar cómo sucedió  la Encarnación, encerrando en cada afirmación un gran cúmulo de ideas. El hombre ante todo esto, se postra en adoración y después lo celebra.