Solemnidad. Santa María, Madre de Dios
Lucas 2, 16-21: En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José. Y al niño acostado en el pesebre. Lc. 2, 16-21
Autor: Padre Marcelino Izquierdo OCD
Números 6,22-27
Salmo 66
Gálatas 4, 4-7
Lucas 2, 16-21
En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a
José. Y al niño acostado en el pesebre. Lc. 2, 16- 21
El uno de enero es un día cargado de
significados. A estas horas, sin duda alguna, todos nosotros hemos dicho ya más
de una vez: ¡Feliz Año Nuevo ¡ El esposo se lo ha dicho a la esposa, la madre al
hijo, la hermana al hermano, el novio a la novia&
Sería muy curioso preguntar al que nos ha dicho ¡Feliz Año nuevo¡, ¿qué me
deseas cuando me has dicho ¡Feliz Año Nuevo! ¿Salud? ¿Qué me vayan bien los
negocios? No olvides aquello de quién tiene sólo dinero, ¿qué tiene?
Al estrenar un año, lo primero que debiéramos hacer es dar gracias a Dios por el
don de la vida. El Señor, al comienzo de cada año, pone en nuestras manos 365
días. ¡Qué venturoso sería, si dentro de doce meses pudiéramos celebrar la mejor
cosecha de nuestra vida! Sabemos que en esta sementera no nos van a fallar las
condiciones necesarias de calor, agua y lluvia. Ya nos lo ha dicho San Pablo: "
Yo planté, Apolo regó, pero es Dios quien hace nacer". Y sabemos que Dios no
falla.
Como decía hace unos momentos, este día es muy propicio para dar gracias a Dios
por tantos beneficios como nos ha hecho, nos hace y nos seguirá haciendo. ¿Nos
hemos detenido alguna vez a pensar, que no tenemos ni un solo segundo comprado?
¿Qué cada latido de nuestro corazón es un regalo de Dios? Y se pasan los días,
los meses, y hasta los años, y lo mismo somos tan desagradecidos, que ni una
sola vez le decimos: ¡Gracias, Señor, por el don inestimable de la vida!
"Timen is Money" El tiempo es oro- dicen los ingleses. Se quedaron muy cortos.
El tiempo es gracia, es Reino de Dios. Siglos antes , ya nos había dicho San
Agustín: "El tiempo es semilla de eternidad". Sí, con el tiempo permítasenos la
frase- compramos el cielo, compramos la eternidad..
Para terminar este primer punto, le digo y le deseo, muy de corazón, un ¡Feliz
Año Nuevo¡ Y si me pregunta, qué lo que le deseo, le recordaré un dicho popular,
cargado de filosofía:
¿Deseas ser feliz un día? Estrena un vestido
¿Deseas ser feliz una semana? Gana un pleito
¿Deseas ser feliz un mes? Cásate . ¿Deseas ser feliz un año? Mata un cerdo.
¿Deseas ser feliz una eternidad? Sé un hombre honrado.
Asimismo, celebramos hoy el día la "Jornada mundial por la paz". Tristemente el
hombre siempre ha andado falto de paz. Pero, siendo esto así, con pena, sin
temor a equivocarnos, podríamos decir, que nunca como en estos tiempos, ha
estado necesitado de ella. Por cualquier parte de la tierra que extendamos la
mirada, vemos a ésta, manchada de sangre. Una vez más podríamos decir con el
poeta "cuando ví desde lejos cómo se despedazaban, creí que eran lobos. Me
acerqué, y horrorizado, ví que eran hombres"
Por último en el día de hoy la festividad de María Madre de Dios Aunque hablemos
de ella al final, no cabe la menor duda, que ella es la savia de nuestra
existencia. Es ya todo un símbolo, que el 1 de enero, el primer día el año, con
ese instinto de madre, la Iglesia ponga a nuestra consideración, antes que nada,
la festividad de Sta. María Madre de Dios.
Si queremos comenzar con buen pie un año, hemos de acercarnos a Jesús, y como
nos muestra el Evangelio de hoy, quizás nadie como los pastores puedan
enseñarnos el camino. Ellos le encontraron junto a María. Y es que donde está la
madre, esta el hijo. Donde está María, está Jesús. Porque hemos de tener
presente, que si Jesús es el fruto. María es el árbol. Si Jesús es el vino,
María es la vid. Si Jesús es el trigo, María es la espiga. En una palabra, si
Jesús es Hijo de Dios. María es la madre de Dios.
Ellos, los pastores, encontraron a Jesús recostado en el pesebre. Pero, antes de
seguir adelante, se hace necesario pensar, a quiénes recibe en primer lugar
Jesús. ¿Quiénes eran en aquellos tiempos los pastores? En tiempos de Jesús, por
más que hoy pueda extrañarnos, eran unos seres despreciables, de pésima
reputación. "No dejes, decía un adagio de la época, que tu hijo sea apacentador
de asnos, ni conductor de camellos, ni buhonero, ni "pastor" porque son oficios
de ladrones. Los tribunales no aceptaban a un pastor como testigo en un juicio.
Sin embargo, a "estos", es a quienes Cristo recibe en primer lugar como testigos
de su nacimiento. ¡ Qué paradoja ! Y uno de los pilares de su doctrina, será
éste: "El Hijo del hombre no ha venido a condenar a nadie, sino a salvar lo que
estaba perdido".
Ante los pastores arrodillados ante el pesebre, no puede uno menos de
peguntarse: ¿Quién les había instruido? ¿Cómo pudieron descubrir en aquella
pequeña criatura al Hijo de Dios? ¡ Qué lección para todos y cada uno de
nosotros, con tanta doctrin con tanta instrucción , y que no seamos capaces de
descubrirle, no digo ya en un pesebre, sino en el pobre, en el vecino, en ese
hermano con el que topamos cada día! Para pensarlo.
Mi fe se agiganta, de modo especial, antelas palabras de San Lucas: "Conservaba
todas estas cosas, meditándolas en su corazón". ¡Qué ejemplo para todos y cada
uno de nosotros que oímos tantas cosas buenas! Eso, las oímos, pero quedan en la
periferia. No llegan al corazón y, en consecuencia, no las vivimos.
Que María, Madre de Dios, nos conceda esa gracia, que escuchemos la Palabra del
Señor, y la conservemos como ella en nuestro corazón, Es decir, la vivamos.