I Domingo de Cuaresma, Ciclo C
San Lucas 4, 1-13:
Atención a la tentación

Autor: Padre Miguel Esparza Fernández

 

 

"En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo..." (Lc 4,1-13)

Lo oímos con frecuencia: "el diablo no existe", "lo de la tentación es una invención de los curas", "estamos en otros tiempos y hay que cambiar de mentalidad"... 

¿Lo decimos de verdad? ¿Nos creemos eso que decimos? A ver si es que no nos paramos a pensar. Mirad, me atrevo a decir que TODOS NOSOTROS ESTAMOS SIENO TENTADOS CONSTANTEMENTE. Sí, para el mal, para lo que no nos conviene. Lo malo es que no nos damos cuenta. Y, como sucede siempre con la tentación, pensamos que lo que ella nos ofrece es lo que realmente nos conviene. Cuando es todo lo contrario. 

La tentación es algo que está en el ambiente, algo que respiramos, algo que se nos mete hasta lo más profundo de nuestro ser, algo que contamina nuestro corazón... Hoy, tanto y más que nunca. Nos llega desde las pantallas, desde la publicidad, desde la calle... Más todavía, cada uno de nosotros (supongo que inconscientemente) somos auténticos "tentadores" para los demás. 

"No te dejes pisar. Que no me entere yo de que el otro queda por delante de ti". Estas palabras de un padre o una madre para con su hijo, ¿no son una tentación, una incitación al mal? 

"Estudia para esto, que exige poco trabajo y está muy bien pagado". Este planteamiento, ¿no es una tentación, que ignora que la vida es vocación y servicio? 

"Ese (el otro) no es tu problema. Cada uno en su casa". Esta afirmación, ¿no es una tentación, una incitación al egoísmo y a la insolidaridad? 

"Gane, compre, consuma..." Estos reclamos, ¿no son un poner la felicidad en el tener y en el no escasear de nada, poniendo como valor máximo la riqueza? 

"Nadie se va a enterar; si no te lo quedas tú, lo va a coger otro". Este justificar la apropiación de una cantidad incontrolada, ¿no es una tentación a la corrupción? 

"Tú, mete la cabeza, y el que venga atrás..." Este "pasar por encima", aunque sea por recomendación, ¿no es una tentación que nos lleva a pisotear los derechos de los demás? 

"Tú, con lo tuyo, puedes hacer lo que quieras". Pensar así, ¿no es una tentación que te encierra en ti mismo, haciéndote incapaz de compartir y haciéndote ignorar que "lo tuyo" es también de los demás? 

Y así podríamos continuar nuestras preguntas. Son auténticas tentaciones. Son muy graves tentaciones. Por sus consecuencias. Pensad a dónde nos lleva ese modo de pensar y de plantearnos la vida. 

Piensa, por último, si te ofrecieran placer, riqueza, bienestar, honor, fama... ¿cuánto pagarías? ¿hasta dónde te "arrastrarías"? Ese es el baremo para medir hasta qué punto está siendo tentado... y vencido por la tentación. 

Buen tiempo el de la Cuaresma, para renovar nuestra vida. Aprovéchalo. 
 
 


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