XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 10, 2-16: Modelo para nuestra Juventud

Autor: Mons. Miguel Esteban Hesayne

           

 Pienso en nuestra juventud y recuerdo aquél paisano cordobés que parado en una piedra en medio del agua que corría desde un dique roto…repetía una y otra vez “lástima de agua”… “lástima de agua”…Las mañanas de domingo tras domingo por las calles de la generalidad de nuestras ciudades, se repite la preocupante escena de chicas y muchachos que caminan o a carcajadas exacerbadas sino a gritos ó taciturnos con rostros cansados y hasta tristes,  mal trazados en sus buenas vestimentas la mayoría… No hay indicios de salir de una “fiesta” sino más bien de haber pasado horas de tensión.

Y entonces repito en mi interior ¡Lástima de juventud!...y me dan ganas de levantar la voz y rogarles:

¡ Chicas y muchachos no derrochen su propia  juventud!!! ¡Aprovéchenla para amar y derrochar alegría de vivir!!! Sí para ésto hemos nacido los seres humanos ¡ para amar y ser amados y ser felices!!! Esto puede sonar a palabras de un iluso o de una mente senil…y sin embargo, es la meta normal de la vida normal. Pero el  mundo actual no conforma  ni a poderosos ni a desposeídos, es tema de humor para unos, preocupación sensata en algunos  o insensata para otros como la de pretender organizar la felicidad desde algún ministerio de bienestar. Vivimos un mundo con mucha inhumanidad.

 ¿ Cuál es la causa de que vivamos un mundo que nadie quiere? ¿Porqué nuestra sociedad actual da la impresión que causa una habitación con mayoría de  muebles fuera de lugar? Precisamente es esto: la mayoría de la gente vive fuera de lugar, vive desubicada y  disconforme consigo mismo.. Esta situación es alarmante  porque cada generación vive con mayor desorientación…Y los más perjudicado son la niñez, la adolescencia y la juventud…Tres edades que viven a la temperie, expuestas a todo vendaval de corrupción y sin sentido de la vida que le van creando adultos  “desubicados” Los que han creado la  cultura del que el “Fin justifica los medios” en la que  todo vale y en la que el más hábil triunfa por el medio que fuere.

 Pero no nos quedemos en lamentos y  denuncias y menos usar a la juventud para intereses espurios como es la belleza corporal femenina para propaganda o espectáculos eróticos y sensuales y malgastar el vigor físico anímico de la gente joven en largas noches pasadas en boliches con pingües ganancias para sus dueños. Urge educar una juventud para el heroísmo y no para el placer. No es un slogan sino  el único camino para lograr una Patria con grandeza. Porque es educarla para el AMOR.  Pero, es la palabra en la que más tropieza nuestra juventud porque lo que ven y escuchan detrás de la palabra Amor es lo más alejado del Amor. Por eso,  necesitan encontrar la “verdad” del Amor y ver, de cerca, gente que lo vivan para que no queden con  las enseñanzas sino que se sientan “seducidos” por testigos de vivir felices porque viven  la verdad del amor que enseñan.

  Para la gente joven, de hoy,  reflotemos el testimonio de innumerables chicas y muchachos que lograron su felicidad personal siguiendo de cerca al Joven Nazareno que vivió el Amor como el que más. Entre esa gente joven, en estos días, hemos recordado a una jovencita a quién no le falto notable atractivo femenino  Pero fue superficial ni hueca sentimental, por eso no se quedó en sensaciones de piel.  Su ternura de adolescente y joven encauzada en el Amor desbordó en una recia personalidad de joven mujer,  por encima de todo gazmoño sentimentalista. Hoy la llamamos Santa Teresita del Niño Jesús. Fue una  muchacha francesa de familia de clase media con ganas de vivir una vida exuberante. Desde adolescente no quiso quedarse en la mediocridad; buscó hacer cosas grandes…y se puso a preguntarse qué hacer de su vida…hasta que encontró que tenía una misión: la de Amar…Sin saberlo por reflexión ilustrada, encontró lo que,hoy, en antropología se afirma que “amar es despertarse por primera vez a la propia verdad, a la propia vida; es saber quién se es…”. A la manera de esta muchacha que buscó, por eso encontró el sentido de su vida, urge que desde la adolescencia se busque la verdad del Amor  y el camino personal para encontrarlo.