Memoria de los Santos Juan de Colonia y Compañeros Mártires OP
Mateo 10, 34-39:
Me defendiste con tu gran misericordia * No he venido a sembrar paz sino espadas

Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web:
fraynelson.com  

 

Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas: Me defendiste con tu gran misericordia * No he venido a sembrar paz sino espadas

Textos para este día:

Eclesiástico 51, 1-12:

Quiero darte gracias, Señor y Rey, y alabarte, Dios, mi salvador. Voy a dar a conocer tu nombre, porque has sido mi ayuda y protección y me has salvado de la muerte; me has puesto a salvo de las lenguas insidiosas y de los labios que dicen mentiras contra mí. Estuviste conmigo frente a mis adversarios; me defendiste con tu gran misericordia de aquellos que estaban listos para devorarme, del poder de los que me perseguían a muerte, de todos los peligros que me rodeaban. Me salvaste de las llamas voraces que me cercaban, de en medio de un fuego que no había yo encendido, me libraste de las profundas entrañas del abismo, de los labios maldicientes y mentirosos, de las flechas de una lengua traidora. Estuve a punto de morir y casi al borde del abismo; me asediaban por todas partes y no había quien me ayudara, buscaba un protector y no lo había. Entonces, Señor, me acordé de tu misericordia y de tu bondad, que son eternas; que tú salvas a los que en ti confían y los libras del poder de los malvados.


Mateo 10, 34-39:

En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles:

«No piensen que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa.

El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará».



Homilía

Temas de las lecturas:
Me defendiste con tu gran misericordia * No he venido a sembrar paz sino espadas

1. Semblanza del santo - Tomado de DOMINICOS.ORG

1.1 Con San Juan Heer la historia ha sido escasa en datos; pero sí sabemos que nació el Colonia a principios del siglo XVI. Ingresa en plena juventud en el Convento de Santa Cruz de su ciudad natal. Ya sacerdote pide ser destinado a Holanda, pues allí los católicos padecen una dura persecución por parte de los Calvinistas.

1.2 En Holanda trabaja en la Parroquia de Hoornaar a lo largo de 20 años. Es un celoso pastor de la feligresía. Como fiel hijo de Santo Domingo de Guzmán vive el ideal marcado por el Santo Fundador: "Transmitir a los demás el fruto de la contemplación."

1.3 San Juan de Colonia es dominico y, por ello tiene una espiritualidad en la que la devoción a la Santísima virgen es filial; y al mismo tiempo, es un enamorado de la Sagrada Eucaristía. Celebra la Santa Misa con singular fervor y es constante adorador ante el Sagrario. Esto le da fuerza para ser un gran apóstol y vivir la comunión y la fraternidad con otros religiosos y sacerdotes. En Gorcun, donde se encuentran encarcelados varios religiosos y sacerdotes se acerca, camuflado, llevándoles la Sagrada Comunión, apoyo y aliento fraterno. Sus frecuentes visitas no pasan desapercibidas a los calvinistas. En una de ellas, y después de administrar el Bautismo a un niño, es capturado y encerrado en la cárcel con una veintena de religiosos: franciscanos, agustinos y sacerdotes seculares.

2. El Martirio: la Hora de Dios

2.1 La cárcel es un subterráneo destinado a peligrosos criminales. Allí padecen incontables ultrajes, golpes y malos tratos. Sufren de todo: insultos, azotes, bofetadas y simulacro de martirio una y otra noche.. Su martirio es refinado. El Conde de Lummois ordena sean conducidos a su residencia de Brielle. Embarcados en la noche son recluidos; al día siguiente llegan a la ciudad. Aquí sufren un simulacro de procesión: los 20 religiosos y sacerdotes, despojados de sus hábitos y con un mínimo de ropa, caminan entre burlas e insultos. Es un nuevo Vía Crucis. Les obligan a dar vueltas al patíbulo y a cantar a la Virgen María, y así en repetidas ocasiones.

2.2 Dos días más tarde, sin haber probado alimento, les fuerzan a renegar de la Sagrada Eucaristía y del Papa de Roma. Ante su negativa, son de nuevo, conducidos al suplicio. Allí les desnudan y son colgados durante horas. Más tarde les depositan en el suelo donde les amputan los miembros y les abren el vientre.

2.3 Al año siguiente, el 9 de julio de 1573, y a la misma hora, los soldados católicos obtienen una resonante victoria ante el ejército calvinista. El 14 de noviembre de 1675 son beatificados por el Papa Clemente X.