Lucas 6, 39-42:
Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos * ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web: fraynelson.com
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas:
Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos * ¿Acaso puede un ciego guiar a
otro ciego?
Textos para este día:
1 Corintios 9, 16-19. 22b-27:
Hermanos: El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo.
No tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!
Si yo lo hiciera por mi propio gusto, eso mismo sería mi paga.
Pero, si lo hago a pesar mío, es que me han encargado este oficio.
Entonces, ¿cuál es la paga?
Precisamente dar a conocer el Evangelio, anunciándolo de balde, sin
usar el derecho que me da la predicación del Evangelio.
Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar
a los más posibles.
Me he hecho todo a todos, para ganar, sea como sea, a algunos. Y hago todo esto
por el Evangelio, para participar yo también de sus bienes.
Ya sabéis que en el estadio todos los corredores cubren la carrera,
aunque uno solo se lleva el premio.
Corred así: para ganar.
Pero un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos para ganar
una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita.
Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis
golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio, no sea que, después de predicar
a los otros, me descalifiquen a mí.
Lucas 6, 39-42:
En aquel tiempo ponía Jesús a sus discípulos esta comparación: "¿Acaso
puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo
no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su
maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no
reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano,
déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el
tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para
sacar la mota del ojo de tu hermano".
Homilía
Temas de las lecturas: Me he hecho todo a todos, para ganar a algunos *
¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?
1. El Esfuerzo y la Paga
1.1 La primera lectura nos ayuda a descubrir como en un primer plano y
en acercamiento un aspecto de la vida y la tarea de un verdadero evangelizador,
en este caso, a través de la experiencia única del apóstol Pablo. Este hombre de
Dios se vio como "obligado" a hablar de su propio ministerio porque la comunidad
de los corintios estuvo siempre bombardeada de muy diversas influencias. En
semejante ambiente no faltaban los que querían acreditarse y alcanzar
popularidad con toda clase de recursos, sobre todo ponderando su propia
sabiduría o asimilándose a los filósofos de la época, que eran de corte
humanista-sofista.
1.2 Este ámbito polémico era en sí mismo algo fastidioso, como un "ruido" que
entorpecía la labor de predicación del apóstol, y sin embargo vino a resultar un
beneficio de todo ello porque Pablo, obligado a hablar de sí mismo, nos dejó en
sus Cartas a los Corintios preciosos retratos de su propia vocación, ministerio,
dificultades y alegrías.
1.3 Hoy aprendemos, por ejemplo, que la difusión del Evangelio de la gracia
tiene como paga participar de la gracia que se anuncia: el modo y el contenido,
el fondo y la forma coinciden. Quien anuncia gratis la llegada de la gratuidad
hace coincidir su enseñanza con su forma de vida, de modo que el mensaje se
funde con el mensajero. En esto el apóstol sigue la manera de Cristo, pues
también él fue anunciador y es anunciado, es evangelizador y es evangelio.
2. Se consideraban muy dignos
2.1 El evangelio de este día nos deja ver, como en contraste, a esos
que se consideraban dignos y justos, al punto de creer que podían guiar a otros.
2.2 Ciertamente son fuertes las palabras de Cristo: un ciego no puede guiar a
otro ciego. Debieron de restallar con fuerza estas palabras de Cristo en los
oídos de aquellos que se consideraban luz. Y para que no nos quede duda, el
texto aclara bien de qué ceguera se trata: es la ignorancia de la propia
oscuridad. El peor ciego no es el que no quiere ver, sino el que no quiere saber
si está ciego.
2.3 De otro lado: con alguna frecuencia Nuestro Señor utiliza la palabra "hipócrita"
en sus denuncias a los fariseos. Es interesante el origen de esta palabra. El "hypocrités"
es, en su origen, el que está "representando un papel bajo una máscara." Aquello,
pues, que reclama Jesucristo es esto sencillamente: "deja de actuar."