Lucas 12, 39-48:
El misterio de Cristo ha sido revelado ahora: que también los gentiles son coherederos de la promesa * Al que mucho se le da, se le exigirá muchoAutor: Fr. Nelson Medina F., O.P
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El misterio de Cristo ha sido revelado ahora:
que también los gentiles son coherederos de la promesa * Al que mucho se le da,
se le exigirá mucho
Textos para este día:
Efesios 3, 2-12:
Hermanos:
Habéis oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en
favor vuestro.
Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, del que os he escrito
arriba brevemente.
Leedlo y veréis cómo comprendo yo el misterio de Cristo, que no había sido
manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el
Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son
coherederos, miembros del mismo cuerpo y participes de la promesa de Jesucristo,
por el Evangelio, del cual yo soy ministro por la gracia que Dios me dio con su
fuerza y su poder.
A mi, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia:
anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, aclarar a todos la
realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios,
creador de todo.
Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen
ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en
Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios,
por la fe en él.
Lucas 12, 39-48:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le
dejaría abrir un boquete.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el
Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó:
-«Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió:
-« ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente
de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?
Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os
aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si el empleado piensa: "Mi amo tarda en llegar", y empieza a pegarles a los
mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese
criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la
pena de los que no son fieles.
El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra
recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo,
recibirá pocos.
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se
le exigirá.»
Homilía
Temas de las lecturas: El misterio de Cristo ha sido revelado
ahora: que también los gentiles son coherederos de la promesa * Al que mucho se
le da, se le exigirá mucho
1. El Misterio Escondido por Siglos
1.1 San Pablo siente un gozo singular al descubrir y descubrirnos la grandeza y
hermosura de su propia misión, que describe con estas palabras: "anunciar a los
gentiles la riqueza insondable que es Cristo, aclarar a todos la realización del
misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios." Los dos verbos
son "anunciar" y "aclarar." Y están relacionados: sin la "claridad" sobre el
misterio de la acción de la gracia de Dios entre los gentiles sería impropio y
abusivo el "anuncio" de la misma gracia a esos pueblos no judíos.
1.2 Pablo dio siempre una gran importancia a este misterio de la "extensión" del
amor divino a los pueblos paganos. Es un "misterio" porque los datos que venían
del Antiguo Testamento hablaban de unas promesas para el pueblo de Abraham pero
dejaban en penumbra el destino de los demás pueblos. El problema, enunciado de
modo sintético, es: ¿cómo pueden salvarse los que dan culto a los ídolos y han
mostrado ser enemigos del pueblo de Dios? La respuesta, en la que se cifra todo
el misterio del que habla este apóstol, es: pueden salvarse si el anuncio del
amor misericordioso llega hasta ellos y ellos acceden a creer.
1.3 Hay un punto más que conviene subrayar. Pablo dice expresamente que esa
extensión del amor a los pueblos de la idolatría sucede "mediante la Iglesia."
Es algo que no debe ser soslayado. El mensaje de la gracia acontece en una
comunidad real y sólo a través de ella se hace presente en medio de los
incrédulos, los paganos, los herejes y los enemigos de la fe. Por lo mismo, el
misionero no es un solitario ni un aventurero sino un enviado de la comunidad,
un testigo que porta el fuego que ha conocido en la celebración común de la fe.
2. Vivir vigilantes
2.1 El evangelio de hoy nos habla de permanecer vigilantes. Literalmente,
"vigilar" es estar en vigilia, es decir, no dejarse vencer por el sueño. Por
extensión se aplica a no dejarse llevar por el cansancio, el desánimo, la
nostalgia o la distracción.
2.2 Cansancio sentimos cuando no renovamos nuestras fuerzas con la oración, la
Palabra, y el encuentro con los hermanos. La fe, que brota de la Palabra y de
los sacramentos y en ellos se expresa, y la comunión de gracia y servicio con
los demás arrojarán fuera ese peligro.
2.3 Desánimo sentimos cuando nuestros esfuerzos no son reconocidos o producen un
efecto contrario, incluso adverso, como su cede en los tiempos de persecución.
Con el testimonio de los mártires y la purificación continua de nuestras
intenciones, con la oración y la atención continua a los signos de los tiempos
podemos superar ese peligro.
2.4 La nostalgia nos ata a lo que ya no podrá ser; nos amarra al pasado y nos
hace mirar con desconfianza el presente y con miedo el futuro. Puede hacer
incluso que nos declaremos derrotados antes de emprender nada. Con el oído
atento a la voz de los profetas y con la mirada abierta a las promesas
indeclinables de nuestro Señor, iremos entendiendo que cada tiempo tiene su
gracia particular, y que, sin perder lo que podamos aprender como enseñanza, lo
mejor de nuestra vida siempre se escribe en clave de futuro.
2.5 La distracción de las cosas, problemas y posesiones de este tiempo presente
produce un cierto tipo de sopor que hay que aprender a vencer. La conciencia de
los dolores que afligen a los más pobres, el aguijón de una conciencia despierta
y el llamada a la santidad que nos da el Espíritu Santo harán que permanezcamos
más atentos frente a este peligro, y que lleguemos a superarlo.