San Mateo 7,1-5:
Abrán marchó, como le había dicho el Señor * Sácate primero la viga del ojoAutor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web: fraynelson.com
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Abrán marchó, como le había dicho el Señor * Sácate
primero la viga del ojo
Textos para este día:
Génesis 12,1-9:
En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: "Sal de tu tierra y de la
casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te
bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te
bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las
familias del mundo."
Abrán marchó, como le había dicho el Señor, y con él marchó Lot. Abrán tenía
setenta y cinco años cuando salió de Harán. Abrán llevó consigo a Saray su
mujer, a Lot, su sobrino, todo lo que había adquirido y todos los esclavos que
había ganado en Harán. Salieron en dirección de Canaán y llegaron a la tierra de
Canaán. Abrán atravesó el país hasta la región de Siquén, hasta la encina de
Moré. En aquel tiempo habitaban allí los cananeos. El Señor se apareció a Abrán
y le dijo: "A tu descendencia le daré esta tierra." Él construyó allí un altar
en honor del Señor, que se le había aparecido. Desde allí continuó hacia las
montañas al este de Betel, y plantó allí su tienda, con Betel a poniente y Ay a
levante; construyó allí un altar al Señor e invocó el nombre del Señor. Abrán se
trasladó por etapas al Negueb.
Mateo 7,1-5:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No
juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la
medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene
tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes
decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga
en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y
podrás sacar la mota del ojo de tu hermano."
Homilía
Temas de las lecturas: Abrán marchó, como le había dicho el Señor * Sácate
primero la viga del ojo
1. El Gran llamado
1.1 Atendamos a la primera lectura. Con estas palabras de Dios a
Abraham algo nuevo acontece en la Biblia. Los primeros once capítulos del
Génesis, en efecto, resultan imposibles de asir por la Historia no bíblica. Es
decir: no podemos hallar un rastro fiable, según los métodos de la historia que
se apoya en evidencia científica, para Adán, ni para Caín, ni para Noé, por
decir algo. Esto no significa que no haya habido un primer ser humano, al que
podríamos llamar "Adán", pero no podemos situar una evidencia, digamos
arqueológica, que nos señale "los huesos de Adán".
1.2 En el capítulo 12 del Génesis las cosas cambian. Contamos con evidencia
extrabíblica que nos permite incluso situar a Abraham en el conjunto de nuestra
"Historia Universal". Sabemos que vivió cerca del 1850 a.C. Estas coordenadas
producen un impacto muy fuerte cuando releemos las palabras del llamado de hoy:
Dios ha hablado al hombre. Esto sucedió en algún momento determinado, en un
lugar determinado, a una persona determinada.
2. Dejar la propia tierra
2.1 En un mundo como el nuestro, marcado por la movilidad, es difícil
hacerse una idea apropiada de lo que implicaban las palabras que Abraham escuchó
de Dios. En nuestra época recorremos cientos de kilómetros para hacer un
negocio, escuchar un concierto, visitar a un amigo, estudiar un postgrado, o
simplemente para pasear.
2.2 La tierra, para nosotros los occidentales, es un recurso, casi un recurso
más, que puede ser canjeado por dinero, y que de hecho está desconectado de
valores culturales o religiosos. Este pensamiento se ve reforzado por la
convicción intensa que tenemos a partir de los presupuestos liberales que de
hecho marcan nuestras naciones. Se supone que lo público es "neutro"; se supone
que públicamente no existe una religión, sino el derecho a manifestar, dentro de
ciertas condiciones, que se tiene una religión (entre muchas posibles). Este
presupuesto afecta directamente a la tierra, que es un bien "público" por
excelencia. En nuestro medio se deja la tierra por cualquier otro motivo, menos
por religión. O por lo menos se supone que así debería ser.
2.3 Para los antiguos semitas la situación era completamente distinta. Su
referencia de existencia era su familia, ampliada a la tribu o el clan. No
existían como miembros de un "país", ni como gobernados dentro de un "estado",
sino que miraban su ser defendido, posibilitado y prolongado básicamente por ese
entorno familiar ligado a unas condiciones de vida que se resumen en "una
tierra". Y esto era así incluso para los nómadas, porque ningún nómada era
simplemente un "vago". El nomadismo, más que un errar sin rumbo, era y es el
modo de aprovechar, para la ganadería y la recolección de frutos, terrenos o
pozos que en sí mismos no permiten establecerse.
2.4 La conclusión de todo esto es que el llamado que llega a Abraham tenía que
sonar a simple locura. O pura fe.
3. La Viga en el Ojo
3.1 ¿Cuál será la "astilla" o "paja" de que nos habla el Señor, y a qué
corresponderá la "viga" de su ejemplo?
3.2 Distintas versiones se han propuesto. Quizá la "viga" es mi orgullo, y la
"astilla" el pecado, cualquier otro pecado de mi hermano. Mi orgullo nubla
cualquier opinión que yo me haga sobre el estado de alma de mi hermano.
3.3 Quizá la viga es mi resistencia a convertirme, y la astilla, mis defectos
cuando los "proyecto" en mi hermano. Al fin y al cabo, la viga y la paja o la
astilla son de materias semejantes.
3.4 Quizá la viga es mi afán de buscar perfección que no tengo, y la astilla o
paja sean las imperfecciones que creo encontrar en otros.
3.5 Quizá la viga es lo que yo no acepto que me digan, y la astilla lo que
quiero decir de los demás.
3.6 O quizá todas estas interpretaciones son útiles y válidas.