Fiesta: San Lorenzo, Diácono y Mártir
San Juan 6,41-51: Con la fuerza de aquel alimento, caminó hasta el monte de Dios * Vivid en el amor como Cristo * Yo soy el pan vivo que ha bajado del cieloAutor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web: fraynelson.com
Lecturas de la S. Biblia
Textos para este día:
2 Corintios 9, 6-10:
Hermanos: Recuerden que el que poco siembra, cosecha poco, y el que
mucho siembra, cosecha mucho. Cada cual dé lo que su corazón le diga y no de
mala gana ni por compromiso, pues Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es
Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que, teniendo siempre
todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena. Como dice
la Escritura: “Repartió a manos llenas a los pobres; su justicia permanece
eternamente”.
Dios, que proporciona semilla al sembrador y le da pan para comer, les
proporcionará a ustedes una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su
justicia.
San Juan 12, 24-26:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que
si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si
muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se
aborrece a sí mismo en este mundo, asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi
servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre».
Homilía
Temas de las lecturas:
Al que da de buena gana lo ama Dios * Si el grano de trigo muere,
producirá mucho fruto
1. Quién era Lorenzo
1.1 Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los
siete hombres de confianza del Sumo Pontífice. Su oficio era de gran
responsabilidad, pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres. En
el año 257 el emperador Valeriano publicó un decreto de persecución en el cual
ordenaba que todo el que se declarara cristiano sería condenado a muerte. El 6
de agosto el Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa en un cementerio de
Roma cuando fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por la policía del
emperador. Cuatro días después fue martirizado su diácono San Lorenzo.
1.2 La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que la Sumo Pontífice lo
iban a matar le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?" y San
Sixto le respondió: "Hijo mío, dentro de pocos días me seguirás". Lorenzo se
alegró mucho al saber que pronto iría a gozar de la gloria de Dios.
2. Servidor de los Pobres
2.1 Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos los
dineros y demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los
pobres.
2.2 El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero, llamó a
Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices y patenas de
oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen candeleros muy
valiosos. Vaya, recoja todos los tesoros de la Iglesia y me los trae, porque el
emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar". Lorenzo le
pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de la
Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos,
huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con sus
limosnas. Y al tercer día los hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde
diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de la iglesia. Le aseguro que
son más valiosos que los que posee el emperador".
2.3 Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver
semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente, pero
Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los tesoros más apreciados de
la iglesia de Cristo!"
3. La Hora Final
3.1 El alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora lo mando matar, pero
no crea que va a morir instantáneamente. Lo haré morir poco a poco para que
padezca todo lo que nunca se había imaginado. Ya que tiene tantos deseos de ser
mártir, lo martirizaré horriblemente". Y encendieron una parrilla de hierro y
ahí acostaron al diácono Lorenzo. San Agustín dice que el gran deseo que el
mártir tenía de ir junto a Cristo le hacía no darle importancia a los dolores de
esa tortura.
3.2 Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor
hermosísimo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban. Los paganos
ni veían ni sentían nada de eso. Después de un rato de estarse quemando en la
parrilla ardiendo el mártir dijo al juez: "Ya estoy asado por un lado. Ahora que
me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo". El verdugo mandó
que lo voltearan y así se quemó por completo. Cuando sintió que ya estaba
completamente asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden comer". Y con una
tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la conversión de Roma y la
difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, y exhaló su último suspiro.
Era el 10 de agosto del año 258.
3.3 El poeta Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió mucho para la
conversión de Roma porque la vista del valor y constancia de este gran hombre
convirtió a varios senadores y desde ese día la idolatría empezó a disminuir en
la ciudad. (Versión de Alejandro Cañadas)