San Mateo 22,1-14:
El primero que salga de mi casa a recibirme, lo ofreceré en holocausto al Señor * A todos los que encontréis, convidadlos a la bodaAutor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web: fraynelson.com
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El primero que salga
de mi casa a recibirme, lo ofreceré en holocausto al Señor * A todos los que
encontréis, convidadlos a la boda
Textos para este día:
Jueces 11,29-39a:
En aquellos días, el espíritu del Señor vino sobre Jefté, que
atravesó Galaad y Manasés, pasó a Atalaya de Galaad, de allí marchó contra los
amonitas, e hizo un voto al Señor: "Si entregas a los amonitas en mi poder, el
primero que salga a recibirme a la puerta de mi casa, cuando vuelva victorioso
de la campaña contra los amonitas, será para el Señor, y lo ofreceré en
holocausto." Luego marchó a la guerra contra los amonitas. El Señor se los
entregó; los derrotó desde Aroer hasta la entrada de Minit (veinte pueblos) y
hasta Pradoviñas. Fue una gran derrota, y los amonitas quedaron sujetos a
Israel.
Jefté volvió a su casa de Atalaya. Y fue precisamente su hija quien salió a
recibirlo, con panderos y danzas; su hija única, pues Jefté no tenía más hijos o
hijas. En cuanto la vio, se rasgó la túnica, gritando: "¡Ay, hija mía, que
desdichado soy! Tú eres mi desdicha, porque hice una promesa al Señor y no puedo
volverme atrás." Ella le dijo: "Padre, si hiciste una promesa al Señor, cumple
lo que prometiste, ya que el Señor te ha permitido vengarte de tus enemigos." Y
le pidió a su padre: "Dame este permiso: déjame andar dos meses por los montes,
llorando con mis amigas, porque quedaré virgen." Su padre le dijo: "Vete." Y la
dejó marchar dos meses, y anduvo con sus amigas por los montes, llorando porque
iba a quedar virgen. Acabado el plazo de los dos meses, volvió a casa, y su
padre cumplió con ella el voto que había hecho.
San Mateo 22,1-14:
En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en
parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "El reino de los
cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para
que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar
criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado
terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados
no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás
les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en
cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego
a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los
convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos
los que encontréis, convidadlos a la boda."
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron,
malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró
a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le
dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió
la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y
arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes."
Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos."
Homilía
Temas de las lecturas: El primero que salga de mi casa a recibirme, lo
ofreceré en holocausto al Señor * A todos los que encontréis, convidadlos a la
boda
1. ¿Qué ofrecerle a Dios?
1.1 La primera lectura presenta de modo dramático hasta dónde puede
llegar una pregunta que atañe directamente a la virtud de la religión: ¿qué es
propio ofrecer a Dios?
1.2 En un mundo tan secularizado como el nuestro esa pregunta puede sonar
anacrónica. No sólo para el ateo sino también para la mayoría de los creyentes,
me atrevo a pensar. La idea que está en la base, quizá de modo inconsciente, es
que "Dios no tiene derechos". O dicho de modo más suave o menos problemático:
"de fondo, el ser humano no tiene obligación alguna con Dios".
1.3 El enunciado puede sonar abstracto o lejano, pero es plenamente válido. El
ser humano que cree que no debe nada a Dios carece, estrictamente hablando, de
toda posibilidad de experimentar ninguna obligación real para con los demás
seres humanos.
1.4 No puede tener una esperanza más allá de la muerte, si dice que nada le debe
a Dios, porque esta esperanza sólo puede venir de admitir que, más allá de
nuestros méritos o esfuerzos, hay una justicia y hay una vida que nos llegan
como "regalo". Y quien nada espera, ninguna razón tiene para abstenerse de
ejercer su apetito o su codicia con tanto vigor como le venga en gana.
1.5 Con otras palabras: el que cree que nada debe a Dios, sólo ve en la ley
humana un límite a su apetencia, y por ello a la larga luchará para que esa ley
sea tan elástica y favorable a su capricho como le sea posible.
2. Lecciones de una escena espantosa
2.1 El relato del libro de los jueces nos parece brutal, desmedido,
inútil, repugnante. Es bueno que nos preguntemos por qué. Hay brutalidad,
desmesura, inutilidad y repugnancia en eso de matar a la hija, no lo neguemos,
pero, ¿eso explica todo?
2.2 Y en otro sentido: el hecho de que reprobemos con tanta fuerza el sacrificio
que Jefté hizo de su hija, ¿no será que nos sirve de cortina de humo que no nos
deja ver a quiénes estamos sacrificando HOY, ante qué altares y con qué
propósitos.
2.3 Hablemos de los niños abortados. ¿Quiénes son los "sacerdotes" que
sacrifican esas vidas, más inocentes que la niña de Jefté? ¿Ante qué altares se
les sacrifica, y por defender qué principios u obtener qué beneficios?
2.4 Hablemos de los muertos de hambre o por otras causas relacionadas con la
distribución injusta de la riqueza o la proliferación criminal de armas. ¿Por
qué razones se priva de lo mínimo a seres inocentes, muchas veces niños que no
alcanzan la edad de la hija de Jefté? ¿De qué sirve esa sangre o quién llora a
esos muertos?
2.5 Jefté creía –equivocadamente, por supuesto- que servía a Dios. ¿A quién
creen que sirven, a qué dioses, creados por quién, esos hombres, los de los
abortos o los de la privación de derechos a sus hermanos?