San Mateo 22, 34-40:
Huesos secos, escuchad la palabra del Señor. Os haré salir de vuestros sepulcros, casa de Israel * Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo

Autor: Fr. Nelson Medina F., O.P
Sitio Web:
fraynelson.com  

 

 

Lecturas de la S. Biblia

Temas de las lecturas: Huesos secos, escuchad la palabra del Señor. Os haré salir de vuestros sepulcros, casa de Israel * Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo

Textos para este día:

Ezequiel 37, 1-14:

En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí y, con su Espíritu, el Señor me sacó y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran innumerables sobre la superficie del valle y estaban completamente secos. Me preguntó: Hijo de Adán, ¿podrán revivir estos huesos?" Yo respondí: Señor, tú lo sabes."

Él me dijo: Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: "¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Así dice el Señor a estos huesos: Yo mismo traeré sobre vosotros espíritu, y viviréis. Pondré sobre vosotros tendones, haré crecer sobre vosotros carne, extenderé sobre vosotros piel, os infundiré espíritu, y viviréis. Y sabréis que yo soy el Señor.""

Y profeticé como me había ordenado y, a la voz de mi oráculo, hubo un estrépito, y los huesos se juntaron hueso con hueso. Me fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne había crecido, y la piel los recubría; pero no tenían espíritu.

Entonces me dijo: Conjura al espíritu, conjura, hijo de Adán, y di al espíritu: "Así dice el Señor: De los cuatro vientos ven, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan."" Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu, y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.

Y me dijo: Hijo de Adán, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: "Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza ha perecido, estamos destrozados." Por eso, profetiza y diles: "Así dice el Señor: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago."" Oráculo del Señor.


San Mateo 22, 34-40:

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús, y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?" El le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser". Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas.


Homilía

Temas de las lecturas: Huesos secos, escuchad la palabra del Señor. Os haré salir de vuestros sepulcros, casa de Israel * Amarás al Señor tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo

1. La Parábola de los Huesos Secos

1.1 Solemos asociar el término "parábola" con el Evangelio, porque fue Cristo sobre todo quien elevó este modo de expresión al rango altísimo de lenguaje del Reino de Dios. Sin embargo, entendidas de modo amplio, muchísimas narraciones de la Biblia son comparaciones o parábolas, y un ejemplo elocuente lo tenemos en la primera lectura de hoy tomada de la profecía de Ezequiel.

1.2 Un valle de huesos secos: tal es el paisaje desolador que llega en visión al profeta. Es la imagen de un sonido, o mejor, de un decir: los israelitas que andan repitiendo: "pereció nuestra esperanza y estamos destrozados." El cuadro no podías ser más expresivo: los huesos secos son el remanente de la obra de la muerte, después de haberse ensañado con toda la carne, tendones y nervios. Cuando la muerte ha acabado de comer sólo deja huesos secos, como lamidos por sus fauces putrefactas.

1.3 Ahí empieza la obra formidable que Ezequiel va a presenciar, a golpe de su propia palabra y a impulsos del Espíritu Santo de Dios. De ese extremo de desolación, que parece la vecindad misma con la nada, Dios, que es Creador de todos y soberano por encima de todos, va a liberar y re-crear a su pueblo. Arrancará de las entrañas de la muerte a los suyos y mostrará que su poder, su fidelidad y su compasión van mucho más allá de lo que alcanzan nuestros recuerdos o deseos.

2. Directo a la esencia

2.1 Una pregunta directa provocó una respuesta directa: Uno se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?" Jesús le respondió: "El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos".

2.2 Es bueno recordar ese lenguaje escueto porque en un mundo plagado de fachadas y máscaras es fácil acostumbrarse a disculparlo todo o justificarlo todo o venderlo todo. El orden empieza siempre con un pensamiento claro en la mente; una idea llena de luz atrae a otras. Y hoy Jesús nos da esa clave fundamental, ese primer principio que iluminó su alma santa y que quiere iluminar también nuestras vidas.

2.3 La palabra fundamental en la respuesta de Jesucristo no la podemos perder: AMA. El resto de su respuesta es esencial también, porque todo depende de a quién ames y con qué amor. Tal fue el regalo que nos dio con su vida y su muerte. Bien podemos resumir la existencia de Cristo diciendo que fue una gran cátedra de amor en la que aprendimos que hemos de amar para vivir y hemos de aprender a amar para vencer a la muerte y alcanzar la vida que no muere.