XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Autor:  Padre Oscar Balcázar Balcázar

 

 

Is 45, 1.4-6; Sal 95; I Tesalonicenses 1, 1-5; Mateo 22, 15-21


Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprender en alguna palabra. Y reenvían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: "Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?" Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo: "Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo" Ellos le presentaron un denario. Y les dice: "¿De quién es esa imagen y la inscripción?". Dícenle:"Del César" Entonces les dice: "Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios". Al oír esto, quedaron maravillados, y dejándole, se fueron.

Mateo 22, 15-21


En el Evangelio de la presente semana hay dos preguntas que se formulan, que a nosotros de manera particular nos podrían ayudar a situarnos. Una de ellas es hecha por parte de los fariseos a Jesús; y la segunda es la pregunta que Cristo formula a los fariseos. Estas preguntas nos van ayudar a darnos el marco y la orientación para seguir la línea y la intención del evangelista al narrarnos el presente pasaje, que es el texto del Evangelio de la liturgia de hoy.

Orígenes, que ha sido un personaje muy importante en el segundo siglo del cristianismo, refiriéndose a la imagen e inscripción dice lo siguiente: "En primer lugar Cristo con su muerte en cruz y su sangre derramada, a reconciliado a todo hombre y a revelado en él la imagen, como fue creado desde el origen; en un segundo momento el diablo también crea y deja la huella de su imagen y su inscripción: podemos decir a través del falso testimonio, robo, homicidio, adulterio, envidia, soberbia, orgullo, etc; de esta manera paga a aquellos que adquieren su moneda". (Orígenes, Comentario al libro del Éxodo, cap. 6).

Siguiendo con el texto del Evangelio podemos hacer referencia al momento del juicio que Pilatos le hace a Jesús, donde éste tratando de liberarlo somete a elección, si se libera a Cristo o a Barrabas. El evangelio de hoy, cuando Cristo pregunta a los fariseos: "¿de quien es esta imagen?", se esta haciendo indirectamente referencia a la interpelación a que someten los fariseos a Pilatos: "si sueltas a ese no eres amigo del César, porque todo el que se hace rey se hace enemigo del César". De esta manera podemos decir que, esta moneda de la cual se habla en el Evangelio se refiere al poder humano; a diferencia del poder que viene del cielo. Entonces tenemos que decir que muchas veces el poder humano y el divino se entrelazan en una tensión muy fuerte o como también se contraponen; que es por la línea que va el evangelista.

Juan Pablo II, en una catequesis dada por él, el 14de noviembre de 1979, en una Audiencia Pública, siguiendo la tradición de los padres de la Iglesia manifestó de una manera muy concreta como el hombre y la mujer, creados en la misma dignidad y llamados a una comunión de vida, expresan este ser creados a imagen y semejanza de Dios. Retomando las palabra del Evangelio, cuando Cristo pregunta: "¿de quién es esta imagen?, tendremos que preguntarnos nosotros, ¿a quién pertenecemos? San Mateo al respecto, cuando los judíos se sienten maltratados por Jesús por las expresiones con que se refería contra ellos, Cristo les responde: "si vuestro Padre fuera Dios me escucharían; pero como vuestro Padre es el diablo, no me escuchan". A la pregunta que Cristo hace en el Evangelio, de quién es esta imagen?, debemos decir que Dios a través de Cristo ha recreado la única imagen que a plasmado en el hombre cuando lo a recreado, que es la suya. Por eso el texto del Génesis dice:"…hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza…"

Así como en otro pasaje del mismo Evangelio de san Mateo, es excluido del banquete nupcial un invitado que no tenia el traje apropiado para el banquete de bodas; a través del presente evangelio, Cristo nos reconocerá, si en nosotros ve la imagen de su Padre; pues el hombre es hombre en la medida que expresa y refleja la imagen del Padre, como Cristo: "Cristo es la revelación del Padre para nosotros". San Pablo cuando dice "…no soy yo es Cristo que habita en mi..." esto indica que si Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, nuestra vida no puede ser distinta a la vida que Cristo a revelado; por algo Cristo así mismo se ha denominado: "yo soy el camino, la verdad y la vida".

Concluyendo, tenemos que decir que la vida cristiana no es vivir bajo una visión donde lo bueno es bueno y lo malo es malo. Pues esto nos llevaría a pensar que Dios a creado el mal, pero Dios no a creado el mal, y como dice los primeros versículos del libro del Génesis, en el relato de la creación: "…y vio Dios que todo estaba bien…". Debemos decir por lo tanto, que es el corazón del hombre que dejándose seducir por el demonio degenera las cosas de la creación que Dios a puesto en sus manos; pues el hombre esta llamado a vivir en una relación de amor, justicia y paz; que hace presente su dignidad de ser creado a imagen y semejanza de Dios.

 

Pbro. Oscar Balcazar Balcazar
Rector Seminario Diocesano "Corazon de Cristo"
Diócesis del Callao - Perú