III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A
Convertíos porque está cerca el reino de Dios”.

Autor: Padre Pedro Crespo  

 

 

Estamos en el tercer domingo del tiempo ordinario; y celebramos hoy el día de la Infancia Misionera. El Evangelio viene muy bien para esta campaña: “Manos a la obra”.

 

A lo largo de este año vamos a ir leyendo el Evangelio de Mateo. Con el texto de este domingo comenzamos a recorrer la vida pública de Jesús. El Evangelio de hoy es como una gran presentación, un gran programa, de lo que va a ser la misión de Jesús.

 

Jesucristo comienza su misión en Galilea, no en la región de los judíos, sino en la Galilea de los gentiles, el lugar donde Jesús invita a ir después de su resurrección, el lugar desde donde envía a los discípulos a todos los pueblos.

 

Está claro, desde el principio, que Jesucristo ha venido para todos los pueblos, no sólo para el pueblo judío, que se siente propietario exclusivo de Dios.

 

El programa de la misión de Jesús, que nos presenta Mateo, es el siguiente:

 

-          Convertíos

-          Está cerca el reino de Dios

-          Seguidme

-          “Recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y las dolencias del pueblo”.

 

Jesucristo comienza su misión pidiendo la conversión. Convertirse es cambiar de modo de pensar y de manera de comportarse para que nuestros pensamientos y nuestras obras se parezcan cada vez más a las de Jesucristo.

 

La conversión debe ser profunda; debe llegar al lugar donde están las motivaciones últimas de nuestra personalidad, donde está la toma de decisiones, y si estas motivaciones y decisiones están hechas desde los valores del mundo; es decir, desde el buscar el poder, el tener, el gozar, debe extirpar esos valores y colocar en su lugar los valores del Evangelio de Jesucristo: el amor a Dios y al prójimo.

 

La conversión es para toda la vida; porque no estamos todavía convertidos del todo; siempre hay zonas de nuestra personalidad que necesitan de conversión; por ejemplo, todo lo que se refiere a la unión de la fe con la vida: nuestra vida debe manifestar, en sus opciones, pensamientos y obras, la fe que profesamos.

 

Jesús comienza su misión diciendo que está cerca el reino de Dios. El Reino de Dios es un tema central en el mensaje de Jesús. El reino de Dios es un mundo mejor que tenemos que construir los cristianos desde los valores del Evangelio, Reino que ya ha llegado a nosotros en la persona de Jesucristo, Reino que llegará a su plenitud en el cielo.

 

El Reino de Dios es el Reino de la Justicia, de la Paz, de la Vida, del Amor...

 

El Reino de la justicia. Dios es parcial, toma partido por los más débiles o los más desfavorecidos. Dios no puede permanecer imparcial ante tantas injusticias, como un buen padre, defiende más a quien más lo necesita.

 

El reino de la paz, que no es ausencia de conflictos o de guerras, sino que es algo positivo; la reconciliación de unos con otros y de todos con Dios.

 

El Reino de la vida, que es una vida plena aquí en la tierra y una vida eterna en el cielo. Dios quiere una vida plena para todos, una vida digna, y por eso quiere liberarnos del peso de la enfermedad y la muerte dándonos una vida eterna.

 

El Reino del amor, que pone en el centro de la persona al otro y sus necesidades. Un amor universal, abierto a todos; desinteresado, que no busca recompensa; y generoso con las necesidades de los demás.

 

Jesucristo comienza su misión invitando a seguirle. Desde el principio se muestra necesitado de la colaboración de los hombres para llevar adelante su misión. Hoy, igual que ayer, continúa invitándonos a cada uno de nosotros a dejar tantas cosas que nos estorba y a seguirle.

 

Jesucristo comienza su misión “... curando las enfermedades y las dolencias del pueblo”.  Su predicación siempre iba acompañada de obras que expresaban su solidaridad con las personas, su misericordia y su liberación.

 

Este es el programa de la misión de Jesús:

-          Convertíos.

-          Está cerca el Reino de Dios.

-          Seguidle.

-          “... curando enfermedades y dolencias del pueblo”.