Epifania del Señor
San Mateo 2, 1-12:
La visita de los Reyes Magos

Autor: Monseñor Rubén Oscar Frassia 

 

 

Evangelio de hoy: la visita de los Reyes Magos 

En el Evangelio de san Mateo encontramos la adoración de los magos a Jesús recién nacido, que ciertamente quiere decirnos algo más. La llegada del Niño es a través del pueblo de Israel, donde Dios fue hablando de distintas maneras, tanto a este como a los demás pueblos. Pero Dios les dio un privilegio fundamental: que de este pueblo nacería el Mesías, el Ungido, el Hijo de Dios. 

La presencia del Niño Dios, por medio de María, nos lleva a amarlo, conocerlo, adorarlo, contemplarlo. También aquí vemos el reconocimiento de aquellos “venidos de lejos”, los Magos del oriente, para decirnos que el oriente no es indiferente a la llegada del Niño Dios. Entonces es importante saber que la presencia de Jesús es universal, involucra a todos, viene para todos, nos contiene a todos. Su amor, su belleza, su bondad, su verdad, nos la da a todos: a los de cerca y a los de lejos. Siempre la presencia y el destino de Cristo son universales. Diríamos de otra manera, es católico; que quiere decir justamente universal

Es muy importante este reconocimiento de la presencia del Salvador, del Redentor, del Niño Dios que viene a través de María, su Madre -que luego será nuestra Madre- ella creyó y nos ofrece lo mejor que tiene: al Niño Dios.  

Y los simples, los pastores, los magos, los humildes, los pobres, los pequeños, saben reconocerlo. Pero hay “otros” que usan un lenguaje similar, podríamos decir simulado, donde dicen una cosa y piensan otra; donde dicen una cosa y creen otra; donde hacen pensar que su corazón está en él, pero en realidad está en otro lado o en otra cosa. 

Veamos: Herodes les dice “avísenme a mi también, para que yo vaya a rendirle homenaje” ¡Falso! ¡Mentiras! ¡No soporta la LUZ! ¡No soporta la presencia del Señor! ¡No soporta la presencia de otro REY!, porque es inseguro, porque tiene miedo y actúa cobardemente. Como actúa de esa forma, después se torna injusto para con los demás. Recordarán luego la matanza de los niños. 

La presencia del Niño Dios, a ninguno deja indiferentes. A algunos nos deja a favor y lo seguimos; otros simuladamente hacen creer que lo siguen, pero su corazón no está en Él, ni con Él. ¡Qué triste! ¡No saben lo que se pierden! 

Vayamos a adorar al Niño para seguirle, para agradecerle, para permanecer en la LUZ, para vivir en la VERDAD, una verdad que jamás tendrá ocaso, que jamás tendrá fin. Démonos cuenta que el Niño Dios viene para todos y también nosotros tenemos que seguirlo y llevar su mensaje  todos. 

Deseándoles un buen comienzo del año 2008, y que el Señor nos ayude a decir y a vivir la misma realidad; unidos en el pensamiento, en el corazón, en el amor, en la voluntad, en las obras y en las actitudes. Y que no haya división entre nosotros. 

 Les dejo mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.