V Domingo de Cuaresma, Ciclo A.
San Juan 11, 1- 45: La resurrección de Lázaro

Autor: Monseñor Rubén Oscar Frassia 

 

 

Evangelio según San Juan 11, 1- 45

 

Evangelio de hoy: La resurrección de Lázaro

 

Es un Evangelio precioso que nos habla de la Vida, la Muerte y la Resurrección. Es una cuestión de fe que es importante afirmarlo y decirlo: la evidencia es la Palabra de Dios. Es Él que nos dice “Yo soy la resurrección y la vida, quien cree en mí aunque haya muerto, vivirá.” Es Dios que en Cristo, obedeciendo al Padre, viene a dar la vida por nosotros y para nuestra salvación.

 

¡Por nosotros y para nosotros!¡Para que ninguno se desvincule ni diga “no, por mí no;  yo no entro; no estoy involucrado; a mí no me toca”! ¡Si te toca! ¡Por nosotros y para nuestra salvación!

 

Cristo está dando su doctrina, su enseñanza, tiene poder es capaz y lo puede hacer: resucita a Lázaro que estaba muerto. Porque el Señor de la Vida traspasa todo límite y ante Él no hay límite alguno u obstáculo que se le pueda oponer.

 

Ahora bien: nosotros, que ya sabemos que Cristo fue crucificado, que murió y que resucitó y que está vivo; que es Dios y Dios de vivos y no de muertos; que quien vive en Él, vive; quien cree en Él, vive y está presente; tenemos que entender que en el tiempo del ahora, de aquí en adelante, es el tiempo donde nosotros colaboramos. Donde nosotros tenemos algo de vida o alimentamos algo de muerte. Aquello que el Papa Juan Pablo II decía “una cultura de vida o una cultura de muerte.”

 

En esto hay que ser muy claros: si nosotros sembramos vientos, vamos a cosechar tempestades; si nosotros sacamos a Dios de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestras leyes, de nuestras cosas personales o en la naturaleza misma, no nos asustemos después de los descalabros que nosotros mismos provocamos, generamos y hemos construido. Si evidentemente es así, las consecuencias son claras.

 

Si nosotros queremos decir, por todos lados, que la familia importa, pero vemos hombre-hombre, mujer-mujer, total es lo mismo, ¿qué quieren que les diga? Realmente yo no lo entiendo, no lo entiendo. Comprendo pero no lo puedo justificar. Y que me lo pongan a la par o que me lo pongan igual, ¡de ninguna manera porque no es igual! Porque no es conforme al derecho natural. El derecho natural es así y no está supeditado a los caprichos del momento y de la vida.

 

Por eso vale preguntarnos ¿qué vida queremos tener?

¿Cultura de vida o cultura de muerte?

¡Lázaro, sal fuera!

 

¡También nosotros tenemos que recibir esa invitación!

¿Dejamos las ataduras?

¿Dejamos los lazos de muerte?

¿Dejamos las cosas que nos hacen mal, las cosas que nos dividen? ¿O al contrario: no sólo las consumimos sino que también las transmitimos a los demás? Léase los medios, los programas radiales, léase todas las cosas que nos pueda alimentar a través de una cultura de la vida o una cultura de la muerte.

 

Que podamos escuchar al Señor para salir afuera de nuestra tumba y poder vivir una vida nueva.

 

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.