XXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

San Mateo 16, 13-20: “Tú eres el Hijo de Dios vivo”

Autor: Monseñor Rubén Oscar Frassia 

 

 

Evangelio según San Mateo 16, 13-20 

Evangelio de hoy: “Tú eres el Hijo de Dios vivo”  

Estamos ante la confesión de Pedro, quien ante la pregunta de Jesús, ¿quién dice la gente que soy yo?, él responde “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” 

Hoy en día ¿la gente se hace preguntas?; ¿quiere pensar?, ¿cuáles serían los intereses?, ¿qué cosas queremos saber? Muchas de estas son preguntas para lo inmediato y las respuestas quedan en lo mediato. ¿Cómo se puede hacer para ahorrar un poco más?, ¿cómo se hace con el uso del celular?, ¿cómo hacer economía en tal o cual cosa? Pero estas preguntas no son significativas. 

Recuerdo, cuando estudiaba filosofía, que había “ejes” de preguntas. En un momento determinado el hombre se preguntaba para qué vivía, cuál era su finalidad. En otro momento se preguntaba cuál era su interés. En otras décadas se cuestionaba si valía la pena hacerse estas preguntas. Y hacia el final…ya no se hacía más preguntas, como si ya no hubiera interés de parte del hombre. 

Sin embargo, por más que quiera justificarse en distintas líneas filosóficas, el hombre siempre tiene alguna pregunta: ¿para qué vivo?, ¿cuál es mi finalidad?, ¿hay trascendencia?, ¿hay vida eterna? Y yo respondo: hay trascendencia, hay vida eterna, está la verdad que es la Gloria de Dios, y que no tiene medida. 

Como decía San Agustín, “mi corazón está inquieto hasta que no repose en Ti; hasta que no te encuentre definitivamente.”

Por eso el hombre quiere y anhela la Gloria de Dios.

A veces no sabe buscar, pero anhela la Gloria de Dios.

Y la Gloria de Dios es el hombre viviente.

Tenemos que recuperar al hombre.

Queremos recuperar a Dios y recuperar el sentido del hombre, pero generando en él un cambio de mentalidad, viviendo una conversión, un cambio profundo. 

Siempre la pregunta que uno se hace acerca de Dios, nos involucra y tiene que ver con cada uno de nosotros: ¿quién es Dios?, ¿cuál es mi vida?, ¿cómo entro en esta vida? Cristo es el Señor, el que revela y nos muestra al Padre.  

En esta presencia, en esta cercanía, en esta confesión de Pedro, le da autoridad: si Él abre, ninguno va a cerrar. Si Él cierra, nadie podrá abrir. 

Hay gente que no soporta estas cosas, porque pareciera que uno tiene “cierto poder”, “cierto dominio”. Pero el Espíritu tiene un poder, tiene un dominio, pero un dominio de servicio no de manipulación; no un dominio caprichoso, sino de iluminación, de servicio, de comunicación. 

La Gloria de Dios es el hombre viviente. Recordemos que esa pregunta que nos hacemos sobre Dios, también tiene que ser sobre nuestra vida: ¿qué hago de mi vida?, ¿cuál es el sentido de mi propia vida? 

Pidamos al Señor esta gracia: que ante estas preguntas, encontremos las respuestas y cuando las encontremos que podamos obrar conforme a ellas; es decir conforme a las respuestas recibidas. 

El Señor nos hace vivir en la Verdad y esta Verdad nos hace libres, por eso para ustedes ¿quién es Cristo?, ¿quién es Jesús? Que nuestra respuesta sea como la de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”, que quiere estar con nosotros y que nosotros queremos estar con Él. 

Les dejo mi bendición, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.