XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

San Mateo 25, 14-30: Parábola de los talentos

Autor: Monseñor Rubén Oscar Frassia 

 

 

Evangelio según San Mateo 25, 14-30

 

Evangelio: Parábola de los talentos

 

El tema que nos presenta este Evangelio es muy claro: el riesgo de la responsabilidad. Se trata de los talentos que Dios nos da y que quiere que los pongamos en práctica, en obras, y es muy importante que lo podamos hacer.

 

El riesgo ¿no? El riesgo de perder la vida, el riesgo de equivocarse, el riesgo de sufrir, el riesgo de que nos consideren mal. En esta vida nadie está seguro. Hay una competencia terrible. La seriedad profesional no existe. Hay un relajo en las estructuras, en las instituciones, en la sociedad. Cada uno confía menos en los otros. Hay una delincuencia generalizada. Aumenta la violencia. Hay gente que está perdiendo su trabajo. Hay muchas cosas y de alguna manera la situación es caótica o difícil.

 

Pero nosotros tenemos que tener prudencia y cautela. Pero también responsabilidad. Una responsabilidad aunque se corran riesgos, a mi me parece algo muy importante. Prefiero correr el riesgo aunque uno se equivoque y no que, por miedo a equivocarse, uno no corra ningún riesgo. Dicho de otra manera: hay que tomar decisiones y no que, por miedo a equivocarse, no tome ninguna decisión en su vida.

 

Cuando hablo de decisión, hablo de decisiones importantes, decisiones fundamentales que exigen ponderación, pensamiento, y una actitud que es muy importante tener: la vigilancia.

 

La virtud de la vigilancia para darnos cuenta por dónde andamos, qué estamos pensando, qué estamos haciendo de nuestra vida, en qué gastamos las energías, cómo vivimos, de qué manera nos alimentamos, si consumimos, si somos superficiales, si nos dejamos llevar por el ambiente o por los demás, “porque todo el mundo lo hace”, “porque hoy se estila”, “esto es corriente”, “no hay que ser exagerado”, “no hay que quedar mal”, etc. ¡Hay que tener vigilancia para darse cuenta si uno crece o involuciona, si madura o se va empequeñeciendo!

 

Los talentos y la responsabilidad son parte nuestra. Dios nos da la gracia pero quiere que uno ejerza ese señorío. ¿Qué estamos haciendo para que los talentos que Dios nos regaló los pongamos en práctica, en obras, y demos frutos en abundancia?

 

Queridos hermanos, corramos el riesgo pero obremos con responsabilidad. Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.