XII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
San Marcos 4, 35-40: ¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?Autor: Monseñor Rubén Oscar Frassia
Evangelio según San Marcos 4, 35-40 (Ciclo B)
Evangelio: ¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?
Es tan cierta la situación de los mares embravecidos y las dificultades que
producen las inclemencias del tiempo, que agitan, preocupan, hasta llegan a
agobiar el corazón del hombre. De allí que uno tiene que recurrir siempre al
Señor y reconocer su presencia, porque frente a la dificultad, a la tentación, a
la tempestad, a los problemas ¡El siempre está!
Es el momento en que hay que pegar el grito, pero gritar con fe, confiando, y
pedirle ¡Señor, sálvanos que nos hundimos! ¡Sálvanos, que estamos mal!
¡Ayúdanos, que necesitamos de Ti!, ¡En ti ponemos nuestra confianza! y el Señor
suaviza, ubica y equilibra. Pero esto es un ejercicio donde una cosa llama a la
otra.
No se llega al conocimiento de Jesús sino a través de la dificultad, porque
cuando todo está bien, es fácil. El asunto es cuando las cosas no andan bien, o
están mal, y es ahí cuando uno tiene que seguir creyendo y confiando en el
Señor.
La semana que viene, los argentinos vamos a votar. Es un compromiso ciudadano,
civil, muy importante ya que cada uno puede emitir su voto pensando y con
responsabilidad. Nosotros somos las personas de los dos reinos: del Reino de
Dios y del Reino de la Vida, que si bien son distintas, están unidas y
entrelazadas y ambas realidades hay que vivirlas con responsabilidad.
Tenemos que vivir con responsabilidad las cosas de Dios y las cosas de los
hombres, la cosa pública, el bien común. ¡Por favor!, ejerzamos el señorío en
nuestra vida. Decidamos, pensemos, con responsabilidad y también con mucho
cuidado para poner el voto donde uno está convencido, y elegir a la persona que
uno cree que es la que más nos va a ayudar, nos va a respetar y va a ejercer un
espíritu democrático y republicano. ¡Dios está presente, nos ayuda y nos
bendice!, pero también tenemos que confiar y esa confianza se ejercita.
Ejercitemos aquellos dones que Dios nos ha confiado y que tenemos que usarlos
con responsabilidad ¡Es decir responsablemente!
En este domingo el Señor nos dice No teman, estoy con ustedes; tengan confianza
en las cosas, que en El, y por medio de El, se ordenan nuevamente.
Les dejo mi bendición en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.