XXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana 



Lectura del Evangelio según san Lucas 13:22-30

 En aquel tiempo iba Jesús enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a Jerusalén. Alguien dijo: “Señor, ¿es verdad que pocos hombres se salvarán?” Jesús respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar y no lo lograrán. Cuando el dueño de casa se decida a cerrar la puerta, ustedes quedarán afuera y se pondrán a golpear, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Pero él les contestará: ‘No sé de dónde son ustedes’. Entonces ustedes comenzarán a decir: ‘Nosotros comimos y bebimos contigo, tú enseñaste en nuestras plazas’. Pero él contestará: ‘No sé de dónde son ustedes. Aléjense de mí todos los malhechores’. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras ustedes habrán sido echados fuera. Y vendrán hombres del oriente y del poniente, del norte y del sur, a tomar parte del festín, en el Reino de Dios. Pues hay gente que ahora son últimos y que serán los primeros, y en cambio los que ahora son primeros serán los últimos”.

Comentario breve:

El relato de hoy es la continuación de las parábolas del Reino que Lucas narra en su Evangelio y enfatiza el valor que se requiere para entrar en el Reino de Dios. El evangelista pone en boca de uno de los que se detenían a escuchar a Jesús la pregunta de cuántos se salvarán. Jesús no responde la pregunta directamente, sino que aprovecha el momento para enseñar sobre las exigencias del discipulado; no dice si sólo unos pocos se salvarán, pero aclara que algunos no pasarán por la puerta angosta. Entrar por esta puerta es estar dispuestos a seguir al Maestro en su camino hacia la muerte en Jerusalén (9:22-23). El Evangelio de Lucas, al igual que los Hechos de los Apóstoles, también escrito por él, resalta el papel de los gentiles que aceptaron a Jesús, y que se sentarán con Abrahán y los profetas en el banquete celestial. Los llamados últimos (Gentiles) serán los primeros, y los primeros (judíos) serán los últimos.

Tres ideas importantes: de la lectura:

Jesús ofrece la salvación a todos, pero no se puede aceptar “a medias”. No existe una puerta “ancha” para entrar al reino de Dios.

Nunca es tarde para cambiar y decirle sí al Señor, pero si dejamos pasar muchas oportunidades de hacerlo, poco a poco perderemos la habilidad de reconocerlas cuando se nos presentan.

Nadie está excluido de la mesa del Señor excepto aquellos que se excluyen a sí mismos. Cada persona que viva haciendo el bien tiene ya la llave de la puerta angosta.

Para la reflexión:

1. ¿Me molesta que otros a quienes no considero dignos tengan la oportunidad de entrar por la

puerta angosta a última hora? Explica.

2. ¿Crees que Dios desea la salvación de todos?