XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana 



Lectura del Evangelio según san Lucas 14:25-33

En aquel tiempo, caminaban con Jesús grandes multitudes y, dirigiéndose a ellos, les dijo: “Si alguno quiere venir a mí y no deja a un lado a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas, o aun a su propia persona, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz para seguirme, no puede ser mi discípulo. En efecto, cuando uno de ustedes quiere construir una casa en el campo, ¿acaso no comienza por sentarse a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminar? Porque si pone los cimientos y después no puede acabar la casa, todos los que lo vean se burlarán de él y dirán: ‘Ahí tienen a un hombre que comenzó a construir y fue incapaz de concluir’. Cuando un rey parte a pelear contra otro rey, ¿no comienza por sentarse a examinar si puede con diez mil hombres hacerle frente al otro que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, envía mensajeros, cuando el otro está lejos todavía y trata de lograr la paz. Del mismo modo, cualquiera de ustedes que no renuncia a todo lo que tiene, no puede ser discípulo mío”.

Comentario breve:

Este es otro pasaje Lucano que enfatiza el costo del discipulado. Aquí Jesús no habla solamente a sus discípulos, sino a las multitudes, y de una manera dramática les explica el precio que han de pagar si quieren seguirle. Con este fin usa una “exageración semítica” muy común entre los maestros para acentuar un punto. En este caso, Jesús dice que cualquier persona o cosa que interfiera con su seguimiento, debe ser abandonada. Nada debe estar por encima del reino de Dios. La idea de dejar a un lado a padres, hijos, etc. debe ser tomada en su contexto histórico. El Libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito también por Lucas, describe las primeras comunidades como cristianos que ponían todos sus bienes en común, nadie guardaba nada para sí… (ver Hechos 2:44-45) El “dejarlo todo a un lado” tenía un gran significado para estos hombres y mujeres que esperaban la llegada inminente del reino de Dios.

Las dos comparaciones del constructor y del rey ilustran la necesidad de estar bien preparados antes de emprender un proyecto. Del mismo modo, seguir a Jesús es un proyecto de vida para el cual debemos estar preparados si queremos ser fieles.

Tres ideas importantes: de la lectura:

El seguimiento auténtico de Cristo exige un compromiso radical de la persona.

Vivir el evangelio nos hace reevaluar nuestras relaciones y posesiones. ¡Nada debe interponerse entre nosotros y Dios!

“Abandonarlo todo” incluye dejar también el deseo exagerado de poder y control y el de querer ser más importantes que los demás.

Para la reflexión:

¿Cómo muestro con mi estilo de vida que soy un seguidor de Cristo? Explica.

¿Hay algo que se interpone entre Dios y yo? ¿Algo que tengo que dejar atrás o poner en manos de Dios hoy?