III Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana 

Lectura del Evangelio según san Lucas 1:1-4; 4:14-21

EVarias personas han tratado de narrar las cosas que pasaron entre nosotros, a partir de los datos que nos entregaron aquellos que vieron y fueron testigos desde el principio y que, luego, se han hecho servidores de la Palabra. Siendo así, también yo he decidido investigar hasta el origen de esta historia, y componer para ti, excelente Teófilo*, un relato ordenado de todo. Con esto, todas aquellas cosas que te han enseñado cobrarán plena claridad. En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con el poder del Espíritu, y su fama corrió por toda la región. Enseñaba en las sinagogas de los judíos y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, y según acostumbraba entró el día sábado a la sinagoga. Cuando se levantó para hacer la lectura, le pasaron el libro del profeta Isaías; desenrolló el libro y halló el pasaje en que se lee: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por el que me consagró. Me envió a traer la Buena Nueva a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de la gracia del Señor”. Jesús, entonces enrolla el libro, lo devuelve al ayudante y se sienta. Y todos los presentes tenían los ojos fijos en él. Empezó a decirles: “Hoy se cumplen estas profecías que acaban de escuchar”.

* Tradicionalmente considerado un prominente converso al cristianismo, quizás también simboliza a todos aquellos que “aman a Dios” que es lo que su nombre en griego significa.

Comentario breve:

Los primeros versículos de este texto sirven de introducción al Evangelio y explican su propósito. Lucas lo dedica a Teófilo, y lo dirige a una comunidad no judía con el fin de que estos nuevos cristianos comprendan que es posible aceptar una religión judía en el mundo griego. Precedido por una creciente reputación y con éxito inicial, Jesús comienza su actividad predicando en las sinagogas. La sinagoga era el centro de la vida comunitaria y el lugar más natural donde Jesús podía dirigirse al pueblo, ya que todos los hombres debían participar en la celebración sabatina. Como signo de honor le piden hacer una lectura. El texto de Isaías permite a Jesús establecer el programa de lo que será su ministerio futuro, dirigido preferentemente a los pobres, los oprimidos, los rechazados y marginados. Todos esperan que su explicación del texto profético manifieste las maravillas que lo han hecho famoso en otras partes. Pero las palabras de Jesús los dejan furiosos, desconcertados y asombrados.

Tres ideas importantes de la lectura:

•  Para Lucas, el ministerio de Jesús cumple las profecías del Antiguo Testamento.

•   En el servicio sabatino se hacían dos lecturas: una del Pentateuco (la Ley), y otra de los profetas. Jesús escoge la segunda y se aplica a él mismo el texto de Isaías que promete la venida de un profeta o mesías para Israel.

•   Proclamar la Buena Nueva implica vivir el profetismo de Jesús y recibir la Palabra de Dios como Gracia y don a compartir.

Para la reflexión:

1. ¿Tengo la valentía de tratar de ser un profeta en mi ambiente y no sólo cuando estoy entre cristianos?

2. ¿Cómo respondo a las necesidades de los pobres y marginados en mi vida?