XIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según san Lucas 9:51-62

 Como ya se acercaba el tiempo en que debía salir del mundo, Jesús emprendió resueltamente el camino a Jerusalén. Había mandado mensajeros delante de él, los cuales, caminando, entraron en un pueblo samaritano* para prepararle alojamiento. Pero los samaritanos no lo quisieron recibir, porque iba a Jerusalén. Al ver esto los discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor; quieres que mandemos bajar fuego del cielo que los consuma?” Pero Jesús los reprendió, y pasaron a otra aldea. Cuando iban de camino, alguien le dijo: “Te seguiré a dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Los zorros tienen madrigueras y las aves del cielo tienen sus nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde descansar la cabeza”. A otro le dijo: “Sígueme”. Este le contestó: “Permíteme ir primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú anda a anunciar el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme que me despida de los míos”. Jesús entonces le contestó: “Todo el que pone la mano al arado y mira para atrás, no sirve para el Reino de Dios”.

*Samaria era el territorio entre Judea y Galilea al oeste del río Jordán. Por razones étnicas y religiosas, los samaritanos y los judíos no se relacionaban entre ellos.

Comentario breve:

El pasaje que precede al de hoy en el Evangelio de Lucas concluye el ministerio de Jesús en Galilea y el que leemos hoy comienza una nueva etapa: el camino hacia Jerusalén, la ciudad en la cual su sufrimiento, pasión, muerte, resurrección y ascensión tendrán lugar. Es también de esta ciudad que la palabra de Dios saldrá proclamada. Durante la caminata, Jesús preparaba a sus elegidos para el rol que tendrían después de su partida: ser testigos de su resurrección y del evangelio a todos los pueblos. Al igual que su ministerio en Galilea comenzó con el rechazo de sus paisanos, la historia del camino a Jerusalén comienza con el rechazo de los samaritanos. Ante estas humillaciones, vemos como Jesús se niega a tomar medidas de venganza o castigo con aquellos que lo oponen. Esta lectura nos presenta las condiciones del discipulado, y cuáles son las prioridades para los que buscan el Reino de Dios. Tendremos menos seguridad que las zorras y los pájaros, y todo el que no le de prioridad al llamado evangélico está muerto espiritualmente. Con estas exigencias, Jesús no nos dice que no cumplamos los deberes familiares, sino que como creyentes, debemos colocar el discipulado por encima de los vínculos familiares o preocupaciones económicas.

Tres ideas importantes: de la lectura:

  • Jesús se opone a la violencia sugerida por Juan y Santiago y simplemente pasa a otra aldea.

  • Los discípulos deben dejar atrás todo lo que les ate y no les de vida.

  • El Señor quiere asegurarse que todos entendemos lo que cuesta ser sus seguidores.

Para la reflexión:

  1. ¿Estoy, al igual que Santiago y Juan, listo(a) para atacar a todos los que no me acepten?

  2. ¿Entiendo que algunas veces mi decisión de seguir a Jesús eliminará otras opciones en mi vida? Da ejemplos.