II Domingo de Cuaresma, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según San Lucas 9:28b-36

En aquel tiempo, Jesús llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y subió a un cerro a orar. Y mientras estaba orando, su cara cambió de aspecto y sus ropas se pusieron blancas y brillantes. Dos hombres, que eran Moisés y Elías*, conversaban con él. Se veían resplandecientes y le hablaban de su partida, que debía cumplirse en Jerusalén. Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño. Pero se despertaron de repente y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Cuando éstos se alejaron, Pedro dijo a Jesús: “Maestro, qué felicidad es estar aquí; levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. No sabía lo que decía. Estaba todavía hablando cuando se formó una nube que los cubrió con su sombra. Al quedar envueltos en la nube se atemorizaron, pero de la nube salió una voz que decía: ”Este es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo”. Después que se escucharon estas palabras, Jesús volvió a estar solo. Los discípulos guardaron silencio por esos días y no contaron nada a nadie de lo que habían visto.

* Dos figuras claves del Antiguo Testamento: Moisés dador de la ley, y Elías, el profeta.

Comentario breve:

Cada año el segundo domingo de cuaresma nos narra la transfiguración de Jesús. El texto intenta preparar al lector a comprender el Misterio Pascual y la proximidad de la Pasión-muerte-Resurrección del Señor. Esta gloriosa epifanía* es muy diferente a la historia de las tentaciones que leímos el domingo pasado. Las tentaciones destacaron la humanidad de Jesús, Hijo de Hombre, quien fue tentado como nosotros. La transfiguración resalta su divinidad. Jesús es el Hijo de Dios y manifiesta su gloria a los tres discípulos. Su apariencia es diferente, como también lo fue después de la resurrección. Los tres discípulos no saben cómo reaccionar. Primeramente se quedan dormidos de cansancio como lo hicieran más tarde en el huerto de los olivos (22:45). Pedro, con la impaciencia que lo caracteriza, no quiere esperar más por su premio y le pide a Jesús que le permita hacer tres tiendas y quedarse en ese lugar sagrado. Esta es la misma reacción que tuvo cuando Jesús les anunció que iría a Jerusalén a sufrir. En ambas ocasiones, Pedro trata de cambiar el plan divino y quiere evitar el sufrimiento.

* Manifestación divina en el mundo.

Tres ideas importantes de la lectura:

•   La presencia de Moisés y de Elías es un signo de que Jesús va a realizar todas las profecías del pueblo judío.

•   La revelación de la gloria de Dios culmina con la voz desde la nube, como en el bautismo de Jesús.

•   La nube es un símbolo bíblico de la presencia de Dios. Como en una nube, Dios está con nosotros, pero no podemos verlo claramente.

Para la reflexión:

1. ¿Estoy siempre pidiéndole a Dios “epifanías” y signos? ¿Soy fiel aún cuando las cosas no salen como yo quiero?

2. ¿Soy capaz de bajar de mi “montaña espiritual” para servir a mis hermanos más necesitados?