XVIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
La transfiguración del Señor
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana

Lectura del Evangelio según san Marcos 9:2-10

En aquel tiempo, Jesús invitó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevó a ellos solos, secretamente, a un cerro muy alto.* Y allí cambió de aspecto delante de ellos. Sus ropas se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo sería capaz de blanquearlas de ese modo. Se les aparecieron Elías y Moisés, los cuales conversaban con Jesús. Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Levantemos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo que decía, porque estaban aterrados. Y se formó una nube que los cubrió con su sombra, y desde la nube** llegaron estas palabras: “Este es mi Hijo amado, escúchenlo”. Y de pronto miraron a su alredor: no vieron ya a nadie; sólo Jesús estaba con ellos. Cuando bajaban del cerro les ordenó que no dijeran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron el secreto, aunque se preguntaban unos a otros qué sería eso de resucitar de entre los muertos.
*Símbolo del Monte Tabor que establece la conexión entre este evento y la aparición de Dios a Moisés en el Monte Sinaí.
**La nube era el símbolo de la presencia de Dios en el Antiguo Testamento .

 

Comentario breve:

 

La narración de la Transfiguración aparece en los tres evangelios sinópticos. Es una de las historias más consoladoras del Evangelio de Marcos y confirmaba para sus lectores que Jesús era el Hijo de Dios. La voz de Dios desde la nube repitió la proclamación bautismal acerca de Jesús y añadió otro mandato: “Escúchenlo”. Pedro, Santiago y Juan formaban el círculo íntimo entre los discípulos y fueron también los que Jesús llamó aparte en el Jardín de Getsemaní. La historia nos dice que Pedro pidió permiso para construir tres tiendas con la esperanza de que se pudieran quedar con Jesús en ese maravilloso lugar hasta la llegada del Reino. Fue una reacción muy humana después de experimentar un reflejo de la gloria de Dios. Según Marcos, Jesús sabía que sus discípulos no habían aceptado la necesidad del sufrimiento y de la muerte como requisitos para la resurrección. Por esto les exigió que bajaran de la montaña (de nuevo a la realidad) y que no contaran a nadie lo que habían visto, puesto que aún no lo entendían.

Tres ideas importantes de la lectura:

  • Las palabras de Jesús deben ser escuchadas por ser el Hijo de Dios muy amado.

  • La presencia de Moisés y Elías representan la Ley y los profetas del Antiguo Testamento y ahora son testigos de que todo se cumple en Jesús.

  • Sólo a la luz de la resurrección de Cristo puede entenderse el significado de este suceso.

Para la reflexión:

  1. ¿Soy el tipo de católico que siempre desea estar en la cima de una montaña disfrutando de visiones de gloria?

  2. ¿Creo que Jesús está conmigo en mis sufrimientos? Dé un ejemplo.