XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según san Marcos 13:24-32

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Sobrevendrán otros días, después de esa angustia, el sol no alumbrará, la luna perderá su brillo, las estrellas caerán del cielo y el universo entero se conmoverá. Y entonces se verá al Hijo del Hombre venir en medio de las nubes con gran poder y gloria. Enviará a los ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.  Aprendan este ejemplo de la higuera; cuando sus ramas están tiernas y le brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean todo esto, comprendan que ya está cerca, a las puertas. Les aseguro que no pasará esta generación sin que todo esto suceda.  Pasarán cielo y tierra, pero mis palabras no pasarán. Pero volviendo al día del que les hablé, nadie sabe cuándo será la hora, ni los ángeles en el cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre”.

Comentario breve:

Cuando Marcos escribió su Evangelio, parecía que en verdad su mundo se estaba acabando. La sociedad judía estaba en un caos total y muchos habían sido forzados a abandonar sus casas y familias. El incidente que leemos hoy ocurre cuando Jesús y sus discípulos se encontraban en el Templo de Jerusalén llenos de admiración ante su belleza. El texto se refiere al futuro del Templo y al futuro del mundo. Habrá persecución contra los cristianos, el Templo será destruído* y muchos de los habitantes de Jerusalén serán exiliados o asesinados. Después vendrá el tiempo de la proclamación del evangelio a todo el mundo. En cuanto al fin del mundo presente, sólo el Padre sabe su hora. Para proclamar su mensaje, Marcos empleó el lenguaje literario del género apocalíptico, que tuvo su gran desarrollo entre el 150 a.C y el 150 d.C. para señalar que el mundo será sacudido por una acción transformadora divina. (Ver Daniel 12:1-3; 7:13-14)

*El Templo fue destruído por los romanos en el año 70 d.C.

Tres ideas importantes de la lectura:

•       Del mismo modo que la muerte y resurrección de Jesús y la caída del Templo sucedieron, podemos confiar que el resto de la promesa se cumplirá: Dios nos salvará de cualquier oscuridad que nos aflija.

•       Jesús nos advierte que no nos dejemos confundir por los que predicen fechas exactas y pronósticos sobre el fin, un conocimiento que sólo el Padre posee.

•       El evangelio nos envía a predicar la Buena Noticia que se nos ha confiado hasta que el Señor regrese en su gloria.

Para la reflexión:

1.     ¿Pongo mi confianza en adivinos y personas que dicen saber más que Jesús? Explique.

2.     ¿Pierdo mi tiempo preocupándome por el “fin” en lugar de ser un agente de esperanza como lo pide el evangelio? Explique.