III Domingo de Adviento, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según san Lucas 3:10-18

En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan: “¿Qué debemos hacer?” El les contestaba: “El que tenga dos capas dé una al que no tiene y quien tenga qué comer haga lo mismo”. Vinieron también los cobradores de impuestos para que los bautizara. Le dijeron: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer?” Respondió Juan: “No cobren más de lo debido”. A su vez unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué debemos hacer?” Les contestó: “No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con lo que les pagan”. El pueblo estaba en la duda y todos se preguntaban interiormente si Juan no sería el Cristo. Por lo que Juan hizo a todos esta declaración: “Yo bautizo con agua, pero pronto va a venir el que es más poderoso que yo, al que no soy digno de soltarle los cordones de un zapato: él los bautizará en el Espíritu Santo y en fuego. Tiene en la mano la pala para limpiar el trigo en su era y recogerlo después en su granero. Pero la paja, la quemará en el fuego que no se apaga”. Y con muchas otras palabras anunció la Buena Nueva al pueblo.

Comentario breve:

En esta escena, Juan aclara que él no es el Mesías que Israel esperaba, y a través de una serie de preguntas, explica lo que la conversión y el arrepentimiento significan. La conversión verdadera se demuestra con obras de justicia. Es un modo de vivir que se traduce en renuncia al egoísmo y al abuso de poder. De aprovecharse de los demás se pasa a ser provechoso para todos. Más que un cambio de ideas, la conversión es un cambio de conducta y de valores.

De atesorar ambiciosamente se pasa a compartir generosamente. Del chisme, la simulación, la mentira y la apariencia, se pasa a la más sincera transparencia. El agua derramada sobre los arrepentidos prefiguraba la efusión del Espíritu anunciada por los profetas. Así como el agua da vida al desierto, el Espíritu dará vida eterna a los que se dejen transformar por la Palabra de Dios.

Tres ideas importantes de la lectura:

•   La conversión no es sólo una experiencia interior sino, sobre todo, un cambio hacia los demás.

•   La verdadera conversión exige “limpiar el trigo” (elegir), “recogerlo” (actuar con decisión), para finalmente quemar la paja inútil, es decir, eliminar todo aquello que nos inmoviliza.

•   Este domingo es llamado “de la alegría” (Gaudete); ese es el don que ilumina la verdadera conversión y el mejor signo de la presencia del Reino.

Para la reflexión:

1. Al llegar a este tercer domingo de Adviento, pregúntate: ¿Vivo mi fe cristiana con alegría? ¿Estoy feliz de ser cristiano?

2. ¿Qué crees que el Bautista te exigiría hoy? ¿Qué debes limpiar o quemar en tu “granero”?