IV Domingo de Adviento, Ciclo C
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según san Lucas 1:39-45

Por esos días, María partió apresuradamente a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró a la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: “Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa por haber creído que de cualquier manera se cumplirán las promesas del Señor!”

Comentario breve:

La narrativa del nacimiento de Jesús en Lucas es muy diferente a la que encontramos en Mateo. Aquí el énfasis está en María, Isabel y Zacarías, no en José. Cuando María escucha el anuncio del ángel, su primera objeción es que ella no ha tenido relaciones con hombre alguno. El ángel le da un signo: su anciana parienta, Isabel, está embarazada, porque “nada es imposible para Dios”.

María no sólo acepta la palabra de Dios con profunda fe sino que la demuestra y expresa poniéndose presurosa en camino para visitar a su parienta Isabel. Esta visita tiene un doble propósito: asistir a la anciana Isabel y al mismo tiempo buscar su apoyo y consejo. El protagonista del encuentro es el Espíritu Santo que revela a cada una su futura maternidad y llena de alegría toda la escena. María, doblemente felicitada, es llamada “Bendita” a causa del fruto de su vientre y “Dichosa” a causa de su fe. Ella, la Madre del Señor y la gran creyente es presentada como el mejor modelo de discípulo: aquel que sabe escuchar, confiar y hacer la voluntad del Señor, y es por eso el signo vivo que mejor representa el contenido del Adviento. La fe y el gozo de todo creyente dependerán de la fuerza con que es capaz de creer en las promesas de Dios.

Tres ideas importantes de la lectura:

•   Juan recibe el Espíritu en la presencia de Jesús; el Espíritu llena a Isabel y luego a Zacarías y a Simeón. Esto anuncia la glorificación futura de Jesús que derramará su Espíritu sobre todos (Hechos 2:33). En los dos primeros capítulos de su evangelio, Lucas alude al Espíritu Santo nueve veces.

•   El cometido principal de la fe cristiana es que nos dejemos fecundar por la fuerza del Espíritu y que la Palabra de Dios encuentre eco confiado en nuestro corazón.

•   Honramos a María como la Madre de Dios y como modelo de discípulo.

Para la reflexión:

1. ¿A quién debo visitar en este tiempo de Adviento y Navidad que se aproxima? ¿Hay alguien que necesita mi apoyo y mi visita para que el Espíritu Santo pueda manifestarse?

2. ¿Necesito buscar apoyo y consejo en alguien más sabio que yo durante estos días de preparación para celebrar el nacimiento de Jesús? ¿Qué me detiene?