XXV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según san Marcos 9:30-37

En aquel tiempo, al salir del cerro, Jesús y los discípulos atravesaron la Galilea sin detenerse. Jesús quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Y les decía: “El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo van a matar; y a los tres días de muerto resucitará”. Pero ellos no entendían lo que les decía y tenían miedo de preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, Jesús les preguntó: “¿Qué venían discutiendo por el camino?” Ellos se quedaron callados, porque habían discutido entre sí cuál era el más importante de todos. Entonces se sentó, llamó a los Doce y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y el servidor de todos”. Y tomando a un niño, lo puso entre ellos, lo estrechó entre sus brazos y les dijo: “El que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe no me recibe a mí, sino al que me envió”.

Comentario breve:

Esta es la segunda vez en el Evangelio de Marcos que Jesús anuncia su Pasión y muerte. Al igual que la semana pasada, cuando leímos sobre su conversación con Pedro, es evidente que los discípulos no acaban de entenderlo. Ignorando la magnitud de lo que el Amigo acaba de confiarles, los Doce reaccionan con una fe raquítica: “¿Quién es el más importante entre nosotros?” Jesús usa un niño como símbolo de la fe confiada y sencilla a la que hemos sido llamados. De acuerdo a las costumbres de la época, los niños y las mujeres eran considerados inferiores a los hombres. Las palabras del Maestro dan una lección difícil de aceptar para los ambiciosos y soberbios: El rol de los seguidores de Cristo es el de servicio, especialmente a los pobres y los humildes.

Tres ideas importantes de la lectura:

  • Jesús trataba de que los discípulos entendieran el verdadero sentido de su identidad Mesiánica.

  • El discípulo debe entender las consecuencias que implica el seguir a Jesús.

  • Es imposible escuchar la Palabra de Dios mientras peleamos por poder, control y prestigio.

Para la reflexión:

  1. ¿Trato de controlar y manipular a otros en mi familia, trabajo, parroquia, etc.? Explique.

  2. ¿Estoy dispuesta a comprometerme hasta las últimas consecuencias, o veo a Dios sólo como mi fuente de felicidad, riqueza y buena salud? Explique.