XV Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana
Lectura del Evangelio según san Marcos 6:7-13
En aquel tiempo, reunió Jesús a los Doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus malos. Les ordenó que no llevaran nada para el camino fuera de un bastón: ni pan, ni morral, ni dinero; que fueran con calzado corriente y con un solo manto. Y les decía: “Quédense en la primera casa en que les den alojamiento, hasta que se vayan de ese pueblo. Si en algún lugar no los reciben y no los escuchan, dejen a esa gente y sacudan el polvo de sus pies como protesta contra ellos”. Fueron a predicar invitando a la conversión. Echaban a muchos espíritus malos, y sanaban a numerosos enfermos con una unción de aceite.
Comentario breve:
Después de haber sido rechazado y
ridiculizado en Nazaret, Jesús continúa predicando en otros lugares. En el
evangelio de hoy, Jesús envía a los Doce a la misión con órdenes muy precisas.
Estas recomendaciones nos recuerdan las que fueron dadas por Yahvé a los
israelitas antes de la huída de Egipto. La idea de viajar “ligeros de equipaje”,
lejos de ser una carga, nos alivia para la jornada. Es mejor caminar por el
desierto sin mucho peso, pero con una gran confianza en el Señor.
Sabemos que Marcos escribió su evangelio alrededor del año 70 d.C. en tiempos de
persecución y rechazo por parte de judíos y romanos. El Evangelio animaba a los
cristianos a confiar plenamente en el cuidado y la providencia de Dios.
Tres ideas importantes de la lectura:
Los discípulos no deben poner su confianza en “lo que llevan” con ellos para la misión, sino en el Señor a “quien” proclaman. Deben ir “ligeros de equipaje”
No perdamos tiempo en convencer a los que no aceptan el mensaje ni de tomar represalias contra los reacios a escucharnos. La misión es urgente y los evangelizadores deben seguir su camino.
Jesús y sus seguidores vivieron al margen de la sociedad, siempre expuestos al rechazo y al desprecio.
Para la reflexión:
¿Recibo en mi vida a las personas que viven al margen de la sociedad? ¿Se alejan de mí sacudiendo el polvo de sus sandalias porque no les doy la bienvenida? Explique.
¿Pongo mi confianza en el “equipaje” que he acumulado toda mi vida (estudios, conocimientos, etc.), en lugar de viajar ligero confiando en Dios?