Ascensión del Señor, Ciclo B
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana


Lectura del Evangelio según san Marcos 16:15-20

 En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once, y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará. El que se resista a creer se condenará. Y estas señales acompañarán a los que crean en mi Nombre: echarán los espíritus malos, hablarán en nuevas lenguas. Tomarán con sus manos las serpientes, y si beben algún veneno no les hará ningún daño”. Así, pues, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Y los discípulos salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con las señales que lo acompañaban.

Comentario breve:

Este texto se encuentra solamente en el Evangelio de Marcos. Lo leemos en la fiesta de la Ascensión porque narra que “Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. La mayoría de los expertos en estudios bíblicos creen que el Evangelio de Marcos en su forma original concluyó abruptamente en 16:8. Se piensa que la intención del autor fue instigar a sus lectores a ser partícipes de la resurrección en sus vidas y así concluir ellos el evangelio. Sin embargo, la versión que fue aprobada canónicamente en el siglo IV contiene una conclusión más larga (versículos 9-20), la cual se cree que fue añadida por cristianos de los siglos I ó II. El final largo incluye las apariciones de Cristo resucitado a María de Magdala y a los discípulos. Otro final más corto que también aparece en la Biblia después del que leemos hoy, fue añadido en el siglo V y se conserva en la Freer Gallery, en Washington, D.C.

Tres ideas importantes de la lectura:

  • Los evangelizadores no tienen por qué temer ya que Cristo resucitado está siempre con ellos.

  • Somos enviados a echar los demonios, como por ejemplo, los del egoísmo, la avaricia, el odio y la falta de unidad.

  • Con la ascensión de Jesús se inicia la evangelización de todos los pueblos y naciones.

Para la reflexión:

  1. ¿Siento la presencia de Jesús resucitado a mi lado cuando estoy evangelizando? ¿Cómo?

  2. ¿Qué me impide ser un mensajero de la Buena Noticia en mi familia, centro de trabajo, escuela o parroquia?