II Domingo de Adviento, Ciclo B.
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana



Lectura del Evangelio según san Marcos 1:1-8

Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: “Ahora mando a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino. Escuchen ese grito en el desierto; ‘Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos’”. Y así sucedió: Juan el Bautista se presentó en el desierto. Predicaba a la gente, hablando de bautismo y de conversión para alcanzar el perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea, y todos los habitantes de Jerusalén. Confesaban sus pecados, y Juan los bautizaba en el río Jordán. Juan llevaba un vestido hecho de pelos de camello con un cinturón de cuero, y comía langostas y miel de abeja silvestre. Juan decía muy claro: “Detrás de mi viene otro mucho más grande que yo. Me sentiría honrado si se me permitiera arrodillarme para desatar la correa de su calzado. Pues yo no hago más que bautizarlos con agua, pero él los bautizará en el Espíritu Santo”.

 

Comentario breve:

 

Marcos es el primer evangelista en recoger y ordenar el material transmitido por la tradición y el que crea el género literario “Evangelio”. Su narración omite todos los detalles del nacimiento de Jesús que encontramos en Mateo y Lucas. Para Marcos, lo más importante es establecer sin lugar a dudas la identidad de Jesucristo, Hijo de Dios. El primer versículo que leemos hoy resume todo su Evangelio.

Cada año, el segundo domingo de Adviento nos invita a mirar a Juan el Bautista, el más grande de los profetas judíos. Los profetas de Israel no fueron aceptados por los reyes y los líderes religiosos porque sus mensajes desafiaban la corrupción de la autoridad política y religiosa. Juan es parte de esta tradición predicando al margen del mundo oficial de su tiempo y anunciando la venida de uno más fuerte que él.

Tres ideas importantes de la lectura:

Para la reflexión:

  1. ¿Qué debo cambiar en mi vida en preparación para la Navidad? Explica.

  2. ¿Me creo a veces que soy un “Mesías” y se me olvida que mi papel es el de anunciar la venida de Cristo? ¿Me pongo en el “centro” de las celebraciones de Navidad en mi familia?