III Domingo de Adviento, Ciclo B
La Voz
Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana
Lectura del Evangelio según san Juan 1:6-8,
19-28
*A través de todo el Evangelio, el término “judíos” no se refiere al pueblo, sino a las autoridades hostiles a Jesús: los fariseos y los saduceos.
Comentario breve:
La lectura de hoy, al igual que la del evangelio de Marcos del pasado domingo, presenta a Juan como Precursor del Mesías. Juan el Bautista fue enviado por Dios con la misión de ser testigo de la luz que es Cristo y sin afán alguno de privilegio. Cuando todos los grupos importantes (sacerdotes, levitas y fariseos) exigieron que les revelara su identidad, Juan se limitó a responder con sencillez: “Yo soy la voz que grita en el desierto...” En la antigüedad, cuando un monarca viajaba por su reino, enviaba a un heraldo delante de él para que anunciara al pueblo que habían de preparar los caminos para que el rey pasara por ellos. Del mismo modo, Juan el Bautista es el que anuncia que nuestro Dios, la Luz del mundo, ya viene.
Tres ideas importantes de la lectura:
Juan declara con profunda sencillez que él no es el Mesías, ni Elías (Malaquías 3:23), ni el Profeta (Deuteronomio 18:15,18).
Juan es el heraldo del Rey, el testigo de la Luz que es Cristo.
Para la reflexión:
Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.
¿Estoy dispuesto a dejar que Dios repare y allane los caminos rotos de mi vida? Explica.
¿Vivo en la Luz y trato de ser luz para todos a mi alrededor?