III Domingo de Adviento, Ciclo B
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana



Lectura del Evangelio según san Juan 1:6-8, 19-28

Vino un hombre, de parte de Dios; éste se llamaba Juan. Vino para dar testimonio, para que todos creyeran por medio de él. No era él la Luz, sino que venía para presentar la Luz. Los judíos* habían enviado a Juan, desde Jerusalén, a algunos sacerdotes y levitas para que le preguntaran: “¿Quién eres tú?” Juan aceptó decírselo y no lo negó.  Declaró: “Yo no soy el Cristo”.  Le dijeron: “Entonces, ¿quién eres?, ¿acaso Elías?” Contestó: “Yo no soy Elías”. Le dijeron: “¿Eres acaso el Profeta?” Contestó: “No”. Le preguntaron de nuevo: “Dinos quién eres, para que llevemos una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan contestó: “Yo soy la voz del que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como lo anunció el profeta Isaías”. Los enviados eran del grupo de los fariseos. Le hicieron esta pregunta: “¿Por qué bautizas entonces si no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta?” Les contestó Juan: “Yo bautizo con agua, pero hay alguien en medio de ustedes a quien no conocen. El viene detrás de mí, y yo no merezco soltarle la correa de la sandalia”.  Esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan bautizaba.

*A través de todo el Evangelio, el término “judíos” no se refiere al pueblo, sino a las autoridades hostiles a Jesús: los fariseos y los saduceos.

Comentario breve:

La lectura de hoy, al igual que la del evangelio de Marcos del pasado domingo, presenta a Juan como Precursor del Mesías. Juan el Bautista fue enviado por Dios con la misión de ser testigo de la luz que es Cristo y sin afán alguno de privilegio. Cuando todos los grupos importantes (sacerdotes, levitas y fariseos) exigieron que les revelara su identidad, Juan se limitó a responder con sencillez: “Yo soy la voz que grita en el desierto...” En la antigüedad, cuando un monarca viajaba por su reino, enviaba a un heraldo delante de él para que anunciara al pueblo que habían de preparar los caminos para que el rey pasara por ellos. Del mismo modo, Juan el Bautista es el que anuncia que nuestro Dios, la Luz del mundo, ya viene.

Tres ideas importantes de la lectura:

Para la reflexión:

Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos.

  1. ¿Estoy dispuesto a dejar que Dios repare y allane los caminos rotos de mi vida? Explica.

  2. ¿Vivo en la Luz y trato de ser luz para todos a mi alrededor?