II Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
La Voz
Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana
Lectura del Evangelio según san Juan
1:35-42
En aquel tiempo, estaba allí Juan con dos de sus discípulos. Al ver que Jesús iba pasando, dijo: “Ese es el Cordero de Dios”. Cuando lo oyeron esos dos discípulos, siguieron a Jesús. Se volvió Jesús, y al ver que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Le contestaron: “Rabbí (o sea Maestro), ¿dónde vives?” Jesús les dijo: “Vengan y lo verán”. Fueron y vieron dónde vivía. Eran como las cuatro de la tarde y se quedaron con él el resto del día. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de estos dos que siguieron a Jesús por la palabra de Juan. Andrés fue a buscar primero a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías, al Cristo”. Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: “Tu eres Simón, hijo de Juan: te llamarás Kefas”, lo que quiere decir, Piedra.
Comentario breve:
La segunda parte del capítulo 1 del Evangelio de Juan contiene una serie de testimonios que revelan a los lectores la identidad de Jesús. El primer testigo hoy es Juan el Bautista quien da testimonio público al ver llegar a Jesús: “Ahí viene el Cordero de Dios”. Estas palabras pueden referirse al cordero pascual cuya sangre salvó a Israel (Éxodo 12), o al cordero apocalíptico que destruiría el mal del mundo (Revelación 5-7; 17:14). El segundo testigo es Andrés el cual confiesa ante su hermano Pedro: “Hemos encontrado al Mesías”. La manera en que Juan describe a los discípulos es muy distinta a la de los sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas) quienes los consideran lentos para entender la identidad de Jesús. Sin embargo, al final del capítulo 1, ya Juan presenta a los discípulos como aquellos que han comprendido totalmente la identidad y misión del Señor.
Tres ideas importantes de la lectura:
Las palabras de Jesús: “Vengan y lo verán”, es una invitación a entrar en intimidad con él.
“Ver” no es suficiente. Los discípulos deben vivir en unión total con Cristo.
Es un modelo de lo que debe ser la vocación cristiana: Quien conoce a Cristo y acepta su evangelio, tiene que convertirse en un testigo para los demás, como lo hizo Juan con Andrés y éste con su hermano Pedro.
Para la reflexión:
¿Comparto mi entusiasmo por Cristo e invito a otros a que “vengan y vean”?
¿Reflejo con mi comportamiento el amor de Dios por todos? Explique.