IV Domingo de Cuaresma, Ciclo A
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana



Evangelio según San Juan 9:1-9, 13-17, 34-38

En aquel tiempo, al pasar, Jesús se encontró con un ciego de nacimiento… hizo un poco de lodo con tierra y saliva. Untó con él los ojos del ciego y le dijo: “Anda a lavarte en la piscina de Siloé” [que quiere decir: El Enviado]. El ciego fue, se lavó, y cuando volvió veía claramente. Sus vecinos y los que lo habían visto pidiendo limosna, decían: “No es éste, acaso, el que venía a sentarse y pedía limosna?” Unos decían: “Es él”. Otros decían que no, sino que era parecido. El decía: “Sí, soy yo”… Era sábado cuando Jesús hizo lodo y abrió los ojos al ciego. Los judíos, pues, llevaron ante los fariseos al que hasta entonces había sido ciego, y otra vez, los fariseos le preguntaron cómo había sanado de la ceguera. Contestó él: “Me puso barro en los ojos, me lavé y veo”. Algunos fariseos decían: “Ese hombre no es de Dios porque trabaja en día sábado”. Pero otros se preguntaban: “¿Cómo puede ser pecador un hombre que hace signos como éste?” “Y tú,¿qué piensas de él, puesto que te ha abierto los ojos?” El contestó: “Es un profeta”… Le contestaron ellos: “Desde tu nacimiento estás en pecado ¿y vienes a darnos lecciones a nosotros?” y lo expulsaron. Jesús supo que lo habían expulsado, y al encontrarlo le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del Hombre?” Éste le contestó: “¿Quién es, Señor, para que crea en él?” Jesús le dijo: “Tú lo estás viendo. Soy yo, el que habla contigo”. El dijo: “Creo, Señor”, y se arrodilló ante él.

Comentario breve:

El pasaje de hoy se centra en el tema de la luz y la oscuridad. A través de todo el tiempo de cuaresma, la metáfora de la luz y de la sombra refleja el camino de Jesús opuesto a los caminos del pecado. Cuando el Evangelio fue escrito, la relación entre los judíos cristianos y la sinagoga era tensa, especialmente con la creciente visión cristiana de que Jesús era el verdadero Dios. Este conflicto tuvo como resultado la excomunión de los judíos cristianos de la sinagoga. La narrativa de hoy refleja la crisis histórica y la ira de los judíos cristianos. El nombre de la piscina le recordó a los lectores de Juan “El enviado” para curar la ceguera espiritual; Juan escribió acerca de una cura física para recordarnos la ceguera espiritual. La lectura es rica en significados: a) Al usar la saliva y la cal para hacer barro con ellas, y al sanar, Jesús violó la regla del sábado; b) Los que piensan que pueden ver (en el caso de los judíos) están en realidad ciegos; c) El que era ciego de nacimiento corrió un riesgo al aceptar la invitación de Jesús y terminó viendo; d) Sus padres se negaron a correr el riesgo y permanecieron ignorantes. ¡No hay peor ciego que el que se niega a ver!

Tres ideas importantes de la lectura:

Para la reflexión:

  1. ¿Ve usted la enfermedad y el sufrimiento como castigos de Dios por algo malo que usted hizo? ¿Qué puede aprender de la historia de hoy?

  2. ¿Dónde radica su ceguera en esta Cuaresma? ¿En qué áreas necesita luz? Explique.