Domingo de Ramos, Ciclo A
La Voz Católica
Arquidiócesis de Miami
Ministerio de formación cristiana



Evangelio según San Mateo 22:11-54

El Domingo de Ramos leemos dos evangelios. El primero es Mateo 21:1-11, el cual escuchamos durante la procesión al principio de la Liturgia y que acompaña el ritual de la bendición de las palmas. Destaca cómo la entrada de Jesús en Jerusalén sobre un burro cumple la profecía de Zacarías 9:9.

El segundo evangelio se lee durante la Liturgia de la Palabra e incluye casi el 13% del Evangelio de Mateo que es el Evangelio del Ciclo A. Proclamar esta larga narrativa de la Pasión es una tradición muy antigua de la Iglesia que data del siglo IV.

La lectura comienza con la traición de Judas; continúa con la Ultima Cena y sigue con la Agonía en el Huerto de los Olivos que nos introduce al juicio, la crucifixión y la muerte. La narrativa concluye con la sepultura: “Fueron al sepulcro y lo aseguraron, sellando la piedra y poniendo centinelas”.

Comentario breve:

Mateo escribió su Evangelio cerca del año 85 y es probable que no haya sido un testigo ocular de los eventos históricos. La fe de Mateo surgió de su experiencia del Cristo resucitado, y esa experiencia transformó su vida al igual que puede transformar la nuestra. Su narrativa de la Pasión es casi idéntica a la de Marcos y comienza sugiriendo que el motivo de la traición de Judas fue avaricia y que las 30 monedas de plata cumplieron la profecía de Zacarías 11:12. Más tarde cuando Pedro promete lealtad, Jesús predijo que lo iba a negar. Podemos ver a estos discípulos como figuras históricas con cualidades y debilidades únicas, pero también los podemos ver como representantes de todos los cristianos. Al escuchar este relato podemos comparar sus reacciones y sentimientos a los nuestros en circunstancias similares. Después del juicio, algunos personajes inesperados se acercaron para ayudar a Jesús: Simón de Cirene, María de Magdala, y José de Arimatea; todos son signos de que Dios está presente y activo en los lugares más inesperados. La lectura de la Pasión del Domingo de Ramos prepara el escenario para todos los eventos de Semana Santa. Por ejemplo: el Jueves Santo, cuando la Iglesia celebra la institución de la Eucaristía, la lectura de ese día es el lavado de los pies del Evangelio de Juan y no el relato de la Ultima Cena. La lectura de hoy termina apropiadamente cuando cierran la tumba.

Tres ideas importantes de la lectura:

Para la reflexión:

  1. ¿Con quién me identifico: con Judas, Pedro, María la Madre de Jesús, María de Magdala, Simón de Cirene, o José de Arimatea? Explique.

  2. ¿He experimentado algún a vez la agonía, el rechazo, la traición y el abandono que sufrió Jesús? ¿Cómo me he enfrentado a esto? ¿Puedo aprender algo de la lectura de hoy?